Denuncias de Santiago 2023, errores en los protocolos y un paraguayo apuntado: el bochorno de la marcha atlética busca al responsable

Kimberly García cruzó la meta de la marcha atlética femenina pasado las 8 horas de este domingo. La atleta peruana se adjudicó la tercera medalla de oro de su delegación tras terminar la competencia desarrollada en la Explanada Campo de Marte con un tiempo de 1.12′26″. En principio, una carrera común. Sin embargo, esta se realizó con una serie de inconvenientes que provocaron la jornada más compleja para la organización de Santiago 2023.

El evento desató la confusión. Mientras algunos celebraban un récord mundial impuesto por la atleta de 30 años, otros se asombraban. Y claro, la situación era atípica, pues la marchadora superó la marca por más de 12 minutos luego de que la medición no fuera la indicada. De hecho, la prueba contó con una extensión de 16.8 kilómetros cuando realmente debió ser de 20.

Algunos espectadores no entendían lo que pasaba tras el cierre. En la organización, en cambio, notaron el error en plena competencia. De hecho, se fueron dando cuenta debido a que los tiempos registrados en las primeras vueltas estaban lejos de lo normal, siendo incluso superiores a los que suelen marcar hombres. Fue el inicio de un día caótico.

Esto provocó que la organización oficializara los resultados y entregara las medallas sin los tiempos establecidos. Además, afectó a las corredoras que aspiraban a alcanzar la marca de clasificación a los Juegos Olímpicos. Por ejemplo, García, que ya había confirmado su pasaje a París 2024, por razones más que evidentes, se quedó sin su récord mundial.

La situación, que terminó siendo un bochorno, continúa provocando estragos. Las consecuencias están latentes, pues durante la jornada de este lunes se llevó a cabo una reunión que entre la comisión técnica de Panam Sports y la Asociación Panamericana de Atletismo, después de que una de las corredoras decidiera presentar un reclamo. APA presentó un informe y el Comité Ejecutivo de Panam Sports deberá decidir qué acciones seguirá. La responsabilidad no recae en Santiago 2023.

La competencia masculina, que arrancaba a las 10, tres horas después del inicio de la femenina, pudo completarse con normalidad. La organización logró corregir el error, sin embargo, el bochorno previo ya había marcado la jornada.

En ese sentido, director ejecutivo de la Corporación Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls se desmarcó de las culpas por la falla en el trazado y lo catalogó como “un papelón”. “Es un bochorno terrible, pero ahí sí que no tenemos ninguna responsabilidad porque para esto vienen delegados internacionales enviados por World Athletics y ellos diseñan la prueba, se les paga por eso. Ellos vienen y controlan la prueba. Si el tipo mide mal, no es nuestra labor eso, es la labor de él”, indicó.

“Fue tan así, que para la prueba de los hombres él se dio cuenta y cambió el recorrido. La responsabilidad total es de la gente que manda World Athletic, que son los expertos en el tema, que es el Delegado Técnico Internacional (DTI)”, complementó en un punto de prensa realizado en el polideportivo de Viña del Mar, lugar que también provocó críticas durante la noche del sábado luego de que la semifinal del balonmano femenino debiera terminar anticipadamente producto de una gotera en el recinto.

Pero, ¿de quién es realmente la culpa? Jorge McFarlane es un exatleta peruano con una extensa carrera en el atletismo. Incluso, es múltiple campeón sudamericano en salto largo y cuenta con el récord nacional de la disciplina, con 8.1 metros.

El otrora deportista de 35 años tiene un rol trascendental dentro de los Juegos Panamericanos. De hecho, es el máximo responsable del atletismo en Santiago 2023. A su vez, fue quien contactó a la APA y generó el contrato del Delegado Técnico Internacional (DTI), quien era el encargado de la prueba realizada en el Parque O’Higgins y las mediciones del trazado.

El elegido fue el paraguayo Marcelo Ithurralde, a pesar de las dudas de la federación. El organismo había pedido a un antiguo medidor brasileño, que sumaba más experiencia en este tipo de eventos. Sin embargo, este no pudo asistir. “Nos dijeron que estaba enfermo”, cuenta Juan Luis Carter, presidente de la Asociación Atlética de Chile.

Iturralde, en tanto, se encargó de la medición. La conificación de la prueba se realiza durante el día anterior o muy temprano en la jornada, para que se pueda completar el sondeo. Según información a la que pudo acceder El Deportivo, los jueces llegaron cerca de las 05.30 horas y pusieron los conos.

Una vez que estos se instalan en el trazado, corresponde un control de chequeo para revisar que la prueba tenga la extensión correcta. La revisión del circuito se suele realizar en bicicleta para ahorrar tiempo. No obstante, la verificación, que le correspondía al paraguayo, no se llevó a cabo.

Por ende, la competencia femenina resultó con un desfase de 80 metros por lado, o sea, 160 por vuelta. Entre los 20 giros que completaban la totalidad de la prueba, entregaron una suma de 3,2 kilómetros menos de la marcha, lo que explica el absurdo tiempo en los que las atletas finalmente completaron la carrera, generando un gran bochorno.