Desayunando con un referente y hasta con una frase viral: el alocado primer día de Carlos Palacios en Boca Juniors
El volante es el nuevo refuerzo del cuadro xeneize, que busca con urgencia volver a la gloria deportiva, sobre todo, a nivel internacional. Así fue recibido el exjugador de Colo Colo en la mítica Bombonera.
Carlos Palacios ya es jugador de Boca Juniors. El acuerdo había sido alcanzado hace varios días. De hecho, el propio futbolista había dado señales potentes en plena celebración del título de Colo Colo, en la que empezó a despedirse del Cacique. El sábado, el volante incluso apareció en La Bombonera.
Horas después, el club xeneize subió un video para confirmar su arribo. Lo mostró tomando desayuno con Chiqui Romero, histórico y referente del club Xeneize. Luego, paseó por las instalaciones del equipo, no sin antes dejar un mensaje que lo hizo viral en las redes sociales. “Bosteros, no se pongan nerviosos. Nos vemos pronto. Abrazo”, lanzó el jugador.
Los xeneizes pagaron US$ 4,8 millones para quedarse con el delantero formado en Unión Española. Esas utilidades se repartirán en partes iguales entre el Cacique y Vasco da Gama. Palacios volverá a tener una opción a nivel internacional. Su paso anterior había sido por Brasil. Se inició en Internacional de Porto Alegre y continuó en la escuadra de la cruz de Malta. No tuvo demasiadas luces.
¿Dónde jugará?
Palacios llega a Boca después de un movimiento clave: la nacionalización de Luis Advíncula. El peruano cumplió los cinco años de residencia que se exigen en Argentina para optar a la ciudadanía, por lo que quedó en condiciones de realizar el mismo trámite que suscribió, por ejemplo, el chileno Paulo Díaz para liberarle un cupo a River Plate.
Aunque en Chile ha jugado en todos los puestos del ataque y en Colo Colo hasta lució como eventual volante de enlace, en Argentina conciben a Palacios como un extremo derecho. O, al menos, proyectan que esa será su función inicial en el ordenamiento de Pintita, en la eventualidad de que el estratega determine darle protagonismo inmediato. Por el valor que pagaron, los xeneizes aspiran a que el jugador pueda rendir en su mejor nivel posible en un plazo corto. Boca, por definición, no ofrece mucho espacio para la adaptación. Por el contrario, un buen rendimiento rápido genera una adhesión en los fanáticos que puede transformarse en un respaldo crucial para fortalecer la estadía.
Fernando Gago se ilusiona con las opciones que le ofrece el chileno. “Carlos es un jugador que puede aportarle muchísimo al equipo, tanto en el juego asociado y en las situaciones que podamos generar desde tres cuartos de cancha hacia adelante”, detalla el técnico boquense. “Tiene muy buena pegada y un buen uno-contra-uno. Es un jugador que trataremos de que se adapte lo más rápido posible el fútbol argentino y también a la institución. A partir de eso, tratar de sacarle el mejor resultado posible”, dijo, después del empate frente a Independiente.
Un cambio táctico
Lo que variará, otra vez, hipotéticamente, será la figura táctica de Boca. La que Gago viene usando más recientemente es un 4-3-3. Ahí, la proyección es que integre el ataque junto a Edinson Cavani y Kevin Zenón. Una formación tipo con este sistema y el chileno en el campo sería Brey; Advíncula, Figal, Rojo, Sarachi; Fernández, Miramón, Belmonte; Palacios, Cavani y Zenón.
Sin embargo, la versatilidad del ex hispano le permite ubicarse en otros planos. Otra opción que Gago suele ocupar es un 4-2-3-1. Ahí Palacios se plantaría como volante derecho, en la misma línea que Cavani y Zenón, y detrás de Milton Giménez, quien se transformaría en el principal referente ofensivo en una formación que ofrecería un alto poder de fuego. De acuerdo a este plan, una formación ideal de Boca sería con Brey; Advíncula, Figal, Rojo, Sarachi; Fernández, Belmonte; Palacios, Cavani, Zenón; Giménez.
A pedir de Boca
A los 24 años, ya con amplia experiencia a nivel nacional e internacional, Palacios aún tiene margen para desplegar el máximo de sus condiciones. En Boca Juniors, de hecho, se ilusionan con su explosión. Su llegada obedece, de hecho, a la convicción del presidente del club, Juan Román Riquelme, de que se trata de un futbolista que cumple en plenitud las características que se requieren para transformarse en un elemento importante en los xeneizes. El exmediocampista encabezó las tratativas y fue quien se mantuvo permanentemente cerca del exhispano, para manifestarle su intención de reclutarlo. La estrategia es la que suele utilizar el club transandino, por el magnetismo que produce una figura de la magnitud del timonel.
Ese factor fue clave para que Palacios se convenciera de partir, sobre todo porque también tenía encima la pretensión de los albos de retenerlo, considerando la especial temporada que afrontarán: la del centenario, con la Copa Libertadores como gran incentivo. Ni los intentos de Jorge Almirón bastaron para que la Joya aceptara continuar en los albos. La decisión de emigrar y de cumplir el sueño de jugar en La Bombonera ya estaba tomada hace un buen tiempo.
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