Desde F1 hasta el Mundial de Qatar: los millonarios acuerdos que han realizado los países árabes para abrirse paso en el mundo del deporte
Distintas competiciones de fútbol, fórmula 1 y golf son controladas principalmente por empresarios pertenecientes a tres naciones del Medio Oriente: Catar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes. Adicionalmente, cuentan con estratosféricos contratos que les han otorgado influencia en los clubes y competencias más relevantes de Europa.
No es novedad el hecho de que el mundo árabe se esté expandiendo de forma tan masiva a través del deporte a nivel mundial. Hace solo días, Arabia Saudita estaba organizando la Supercopa de España que consiguió el Barcelona, ahora, también fueron la sede de la Supercopa de Italia, donde el enfrentamiento fue el “Derby della Madonnina”, Inter vs Milan, con el Inter coronándose campeón. Y para cerrar esta serie de eventos, PSG y un combinado de los dos clubes más grandes de Arabia Saudí se verán las caras en un amistoso marcado por el duelo entre Messi y Cristiano Ronaldo. Todo esto en el plazo de una semana, con cantidades exorbitantes de dinero para el país anfitrión de dichas competiciones.
Pero estos casos son solo ejemplos recientes de la gran expansión que han tenido los países árabes en el mundo del deporte, ya sea organizando competiciones o siendo patrocinadores oficiales de clubes grandes en el viejo continente. Dentro de este conjunto de naciones, destacan tres principalmente: Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos. Las cifras que han desembolsado sobrepasan con creces los US$200 millones, donde se incluyen competencias de fútbol, golf, Fórmula 1, entre otros.
Desde 2018 hasta la actualidad, la parte mencionada del medio oriente ha organizado cuatro veces el Mundial de Clubes de la FIFA (tres veces Catar y una Emiratos Árabes); dos veces la Supercopa de España (ambas en Arabia Saudita); la más reciente Copa del Mundo; cinco veces el GP de Abu Dhabi (Emiratos Árabes) y el debut del GP de Arabia Saudita en 2021, el cual cuenta con dos ediciones; tres veces siendo parte del European Tour de golf en Arabia Saudita, con una próxima cita en Emiratos Árabes; además de los eventos mencionados anteriormente referentes a la Supercopa de Italia y al partido entre Messi y Ronaldo.
El reciente rol que están asumiendo los países árabes en el mundo del deporte está respaldado también por sus líderes políticos, ya que, de esta forma, buscarían realizar un lavado de imagen ante las polémicas relacionadas con los Derechos Humanos que siempre se discuten en torno a este tipo de gobiernos. Adicionalmente, según medios ingleses, el partido entre el PSG y el Riyadh All Stars, que contará con la capitanía de Ronaldo, se llevaría a cabo para buscar promover una eventual candidatura de Arabia Saudita para organizar la Copa Mundial de 2030.
Y dicha candidatura se podría dar tras el éxito de Qatar 2022, quienes fueron designados como anfitriones en diciembre de 2010, una decisión por parte de la FIFA que estuvo llena de polémicas por la elección de un país que no era relevante en términos futbolísticos, además de tener mala fama por ejercer violaciones a Derechos Humanos. En aquella ocasión, las cifras totales que se reportaron sobre el coste de organización para la Copa del Mundo fueron aproximadamente US$220.000 millones, el costo más alto en la historia de cualquier Mundial. El certamen que se realizó en Brasil 2014, por ejemplo, registró un gasto de US$15.000 millones.
Los otros negocios árabes
La organización de competiciones no es el único ámbito del deporte en que el mundo del Medio Oriente se ha enfocado. Distintos clubes en Europa cuentan con dueños árabes que han impulsado económicamente los planteles con precios de transferencia exorbitantes y contratos inigualables. Uno de estos casos es Nasser Al-Khelaifi, dueño desde 2012 del Paris Saint Germain de Messi, Mbappé y Neymar. Recientemente, la renovación del delantero trasandino ha estado latente en el conjunto galo, donde se rumorea que el nuevo contrato para el campeón del mundo podría subir a los US$40 millones anuales. El empresario catarí también es jefe de Bein Sports, una cadena de televisión de paga internacional que se dedica a la transmisión de eventos deportivos.
El Manchester City, en su lugar, forma parte del City Football Group, perteneciente al jeque Mansour bin Zayed, de Emiratos Árabes. Dicha adquisición se llevó a cabo en 2008 y tuvo un costo de aproximadamente US$292 millones. Dicho negocio eventualmente elevó al conjunto ciudadano a la élite del fútbol, quienes desde aquel entonces han conseguido seis títulos de Premier League, aunque aún no han podido conquistar el más grande anhelo: la Champions.
Adicionalmente, diversas marcas de Emiratos Árabes también cuentan con interesantes patrocinios para equipos relevantes en el viejo continente. Por ejemplo, Fly Emirates, areolínea del país mencionado, ha sido el patrocinador oficial del Arsenal por más de 10 años, incluso, el estadio del conjunto londinense lleva el nombre de la marca: Emirates Stadium, situación que también ocurre con la mítica FA Cup de Inglaterra, la cual pasó a llamarse “Emirates FA Cup”. Lo mismo sucede con el mismo Manchester City, ya que su estadio tiene como nombre “Etihad” Stadium, siendo Etihad también una marca de aerolíneas árabe.
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