Desde Riquelme y Pellegrini a Suso y Sampaoli: los jugadores que se han atrevido a elegir al peor técnico de sus carreras
Al mediocampista del Sevilla no le tembló la voz para criticar duramente al casildense y situarle en un indecoroso sitial, que pocos futbolistas se atreven a asignarle a quienes alguna vez les condujeron. Igualmente, la historia reciente del fútbol mundial recuerda enfrentamientos entre figuras y sus respectivos adiestradores.
Con una frase, Suso rompe un paradigma. Hay una pregunta que los futbolistas suelen gambetear, en algunos casos, con la misma facilidad con la que pueden sacarse al rival que tengan enfrente. En un medio plagado de frases construidas y que suelen resultar útiles para salir del paso, la elección del peor técnico de la respectiva carrera es una respuesta que, generalmente, un jugador nunca entrega. Básicamente, por una razón: las vueltas que suele dar la vida pueden ponerles otra vez enfrente. Con los consiguientes costos. Mal que mal, el técnico es el jefe de los respectivos planteles. Y el que designa a los que juegan y a los que se quedan en los equipos. El dueño del control.
Al volante del Sevilla esas consideraciones le valieron poco. Enfrentado a la consulta, no vaciló en contestarla. “¿El peor entrenador? Sampaoli”, sentenció en el programa Pelotazo, de Canal Sur Radio. La disputa se remonta al tiempo en que ambos coincidieron en el club andaluz. “En diciembre hablo con Monchi y me dijo: Suso, ¿qué hacemos? Acababa de salir de la lesión del tobillo.Lo fácil era decir, me voy, intento coger ritmo en otro equipo y sumar partidos. Pero le digo que voy a durar más que Sampaoli y que voy a acabar jugando”. El tiempo terminó dándole la razón, pero la cuenta seguía pendiente. Ahora, el mediocampista pasó la factura.
No es el único
La controversia, por cierto, no la única que han animado públicamente, jugadores y entrenadores. Otro ejemplo cercano a Chile evoca la distancia entre Manuel Pellegrini y Juan Román Riquelme, en su paso por el Villarreal. Al argentino le agradó poco que el Ingeniero no respetara sus galones. Y sobre todo que le critica su eventual falta de compromiso. Ya fuera del club, el transandino no vaciló en vengarse de esas palabras, lanzándole un verdadero misil. “Mi relación con él nunca fue ni buena ni mala, pero ojalá Pellegrini deje de hacer lo que le dicen los de arriba. Es complicado cuando una persona de 50 años tiene que hacer lo que quieren los dirigentes”, le disparó, con la misma profundidad con la que solía habilitar a sus compañeros. “Hoy tomaría la misma decisión, no me arrepiento”, contestó el actual técnico del Betis, este año, en una entrevista a TyC Sports.
El fútbol mundial entrega más casos de disputas igualmente intensas. A Romario, por ejemplo, no le agradó que el italiano Claudio Rainieri se inmiscuyera en su particular forma de llevar la vida cuando ambos coincidieron en el Valencia. “El día que el presidente vino a ficharme le comenté que la noche me encanta y que cuando no salgo, no marco. El día del Palmeiras salí por la noche, llegué a las siete de mañana al hotel y luego marqué tres goles. Desde entonces no he vuelto a salir y los tantos no llegan, así que habrá que empezar a salir por las noches. Y a quien no le guste...”, reflexionó el Baixinho Infernal ante los medios de comunicación, en esa época. A Rainieri le habló directamente. “Me han dicho que usted salió hasta las cuatro de la mañana”, fue el reproche del italiano. El brasileño no dudó un segundo en la respuesta. “En mi vida privada hago lo que quiero y lo que me sale de los cojones. Y al que no le guste, que se joda”, le dijo.
Más palos
A Josep Guardiola, los resultados y las innovaciones que ha introducido en los equipos que ha dirigido le han situado como uno de los mejores técnicos de la historia. Sin embargo, hay un exdirigido que no está de acuerdo con esa consideración: Zlatan Ibrahimovic. Ambos coincidieron en el Barcelona, donde el sueco jamás tuvo el protagonismo que deseaba. “Guardiola me sacrificó y me convirtió en un jugador peor”, llegó a sostener el escandinavo. Y no conforme con eso, le reprochó por sus actitudes. “Ni siquiera me daba los buenos días. Ni una sola palabra. Evitaba mirarme a los ojos. Si entraba en una habitación, él se iba... Es un cobarde, no es un hombre”, llegó a decir.
Steven Gerrard fue otro de las que las emprendió contra su entrenador. En su caso, contra el español Rafa Benítez. Aunque ambos coincidieron en la obtención de la Champions League, en la temporada 2004-05, nunca se llevaron bien. El emblemático mediocampista no dudó en ponerlo en evidencia. “Puedo telefonear a todos mis exentrenadores y charlar con ellos... menos a Rafa. Mantuve con él una relación fría y ultraprofesional. A mí nunca me puso un apodo o me llamó por el nombre, sino siempre por el apellido. No lo hacía con nadie más”, expresó en su autobiografía, como una muestra inequívoca de las diferencias.
Mourinho, otro técnico controvertido, también se enfrentó a una estrella. Al francés Paul Pogba, a quien pretendía transformar en el referente de un Manchester United que en la misma época tenía a Alexis Sánchez, le despojó de la capitanía por su desidia. “Es un jugador como cualquier otro. Ninguno es más grande que el club”, lo remató, otra vez desafiando las convenciones. Con el tiempo, el volante francés reconoció que hasta había caído en depresión por el enfrentamiento. El galo aludió a la inestabilidad sicológica del estratega. “Una vez tuve una gran relación con Mourinho, todo el mundo lo vio, y al día siguiente no sabes lo que pasó. Eso es lo extraño que tuve con Mourinho y no te lo puedo explicar porque ni yo lo sé”, sentenció.
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