Esta semana hubo palabras fuertes disparadas desde varias trincheras. Desde Alemania, Stefan Effenberg, ex jugador histórico, dijo sobre Arturo Vidal que "el Bayern no debe derramar ni una sola lágrima por él". Y añadió: "Prometió que 2017 sería el mejor de su carrera y tampoco lo fue". Duras palabras contra el salvaje, como le nombran. Indicio que su paso por tierras bávaras pasará inadvertido.

Desde Inglaterra, la prensa declara tras el debut de Pellegrini que "el dinero no soluciona los problemas del West Ham". En esta sociedad de brutal consumo donde el dinero lo es todo, reconocen que no están para éxitos inmediatos. Se necesitan procesos para sacar un producto y luego resultados. Obvio.

Desde la Conmebol, proclaman a Chile como sede de la final de la Libertadores 2019. ¿Merecemos tan alta distinción? Hagamos memoria: la hinchada chilena fue la más sancionada en las últimas eliminatorias, son lamentables las reyertas en los estadios de su fútbol, las estafas dirigenciales de Jadue y otros aún en las sombras, errores administrativos de clubes, la calidad del torneo, desorden en los estadios, etc. Esa fiesta será una burbujeante irrealidad.

Desde Temuco, el portero de San Lorenzo declara: "Los hinchas se dan de ejemplo y no lo son, me tiraron cualquier objeto detrás del arco y no había policías". Apedrearon el bus de San Lorenzo y post partido rompieron la cara del preparador físico. Indefendible.

Desde San Carlos de Apoquindo, denuncian: "Somos perjudicados por los arbitrajes". Esta acusación deja entrever malos manejos y delirio de persecución. Amerita a lo menos una reprimenda de la ANFP.

Y desde Zúrich, llega lo peor. FIFA borró de su código ético la palabra corrupción. A cualquiera que la denuncie o difame le caerán las penas del infierno. De alguna manera, deben resguardarse ante el pago o recepción de sobornos en una organización "clínicamente muerta", como lo declaró su presidente Infantino en el Mundial de Rusia. La transparencia es peligrosa, se escucha en voz baja en los pasillos del edificio suizo.