Inter de Milán otra vez no tuvo la contundencia necesaria en el Giuseppe Meazza. El equipo lombardo fue superior a Liverpool, el gran favorito en la serie, pero falló en los momentos precisos. Al contrario de su rival que en el último cuarto de hora remató el partido con un 2-0 que lo deja muy cerca de los cuartos de final de la Champions.
Y es que ambos equipos se declararon mucho respeto en el inicio. Un partido muy táctico, que pese a la diferencia en las pizarras, al premisa siempre fue la misma: obligar al error del rival.
Pero en esa faceta, el cuadro británico -muy favorito en las apuestas- lució más ordenado. Un equipo compacto, con una presión intensa, un dolor de cabeza para el centro del campo de los lombardos.
En ese escenario tuvo que batallar el titular Arturo Vidal. El chileno estuvo bien en las coberturas y en la dinámica, aunque el vértigo del encuentro le hizo perder muchas pelotas en la salida, al menos en el primer tiempo.
Pese a los problemas que le provocó el cuadro de los Reds, el campeón italiano supo arrimarse al arco de Alisson Becker, primero con un remate ajustado de Lautaro Martínez y luego con un remate del turco Hakan Calhanoglu que dio en el travesaño.
Al otro lado, el equipo de Jürgen Klopp era más práctico en cuanto a la estructura. Si bien ni pasaba grandes apuros, tampoco remataba al arco. Un cabezazo desviado Sadio Mané -reciente campeón de África con Senegal- y un tiro libre de Trent Alexander-Arnold que se fue por poco, fueron las únicas inquietudes de Samir Handanovic.
Debacle lombarda
Sin embargo, en el inicio del segundo tiempo, el local perdió el miedo y se dio cuenta que podía ganar. Con varios rendimientos altos, entre ellos el de Vidal, quien le tomó la mano al duelo y comenzó a hacer jugar a sus compañeros en la línea de volantes.
Fueron los mejores momentos del monarca peninsular. A los 53′, una gran jugada de Ivan Perisic estuvo cerca de terminar en gol, pero Lautaro pasó de largo en la habilitación.
A veinte minutos del final, el técnico Simone Inzaghi decidió el ingreso de Alexis Sánchez. El tocopillano entró encendido, con mucha intensidad, incluso provocó un error del meta Alisson en la salida.
Pero equipos coperos, como el del puerto inglés, tienen muchas armas y paciencia para llegar a su objetivo. Una sola distracción de Inter costó el primero del visitante, cuando el ingresado Roberto Firmino cabeceó en el primer palo, tras un córner.
Aún restaba un cuarto de hora para el final y todo se ponía cuesta arriba para los italianos. Si bien tomó la iniciativa, no logró la profundidad necesaria para este tipo de partidos.
Mientras el local se detenía en esas cavilaciones, Liverpool asestó el segundo golpe. Una pelota suelta en el área fue suficiente para que el infaltable Mohamed Salah lograra el 2-0, a los 83′.
Una conquista que puso el partido en el congelador. Los de rojo defendieron con la pelota e Inter tuvo que limitarse a pensar cómo hará en la vuelta. Liverpool cumplió con los pronósticos y puso medio pie en los cuartos de final de la Champions.