El Fuijarah, dirigido por Diego Maradona, perdía 1-0 ante el Masafi, en la segunda división del fútbol de Emiratos Árabes. En el minuto 99, sin embargo, los visitantes lograron el empate a través de Mohammed Khalfan y la leyenda argentina reaccionó eufórico.
El problema es que esa adrenalina la utilizó para enrostrarle el agónico festejo a la hinchada local, haciéndole gestos de que hablaban mucho. Su equipo, en todo caso, está segundo con 36 unidades y pelea por el ascenso a la primera categoría.
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