Un diálogo a dos ruedas
Florencia Espiñeira, 9ª en damas, y Pedro Burns, 34º en varones, terminaron como mejores chilenos en el campeonato mundial de enduro ciclista. Ambos se reúnen a conversar para repasar los pormenores de su gran temporada, las dificultades de su deporte y las puertas que quieren abrir.
La histórica temporada que acaban de concluir Florencia Espiñeira (26) y Pedro Burns (21) los tiene en la mira del mundo ciclista. Son los dominadores absolutos de la escena nacional del enduro, una disciplina que mezcla la adrenalina del descenso con la técnica del cross country. Ella terminó novena a nivel mundial y él, en su primer año en la máxima categoría, 34. Ambos se abren a un diálogo, en presencia de La Tercera, y en medio de la calma del patio de Bikestraining, su lugar de entrenamiento, sobre un deporte, el suyo, con mucha presencia en el país.
Florencia Espiñeira (FE): Estamos haciendo historia para el mountain bike chileno. Si revisas la historia, no tengo recuerdos de que un chileno haya sido 34 en su primer año. En mujeres, salvo Bernardita Pizarro en descenso, no recuerdo otra top 10.
Pedro Burns (PB): Nos estamos poniendo las pilas. Pero no es de un día para otro. Hemos sido ciclistas toda la vida.
FE: El enduro en Chile está muy fuerte. Es un deporte relativamente nuevo, que ha crecido rápido y se ha posicionado en el mundo. Chile es reconocido. Saben de la carrera Andes-Pacífico y de chilenos corriendo.
PB: Se ha vendido bien. A la gente le gusta, se puso de moda. Las marcas se interesaron más. El enduro es ciclismo para todos. Subes relajado, compartiendo, y te tiras rajado. El ciclismo se dividía entre los que subían y bajaban; el enduro es el equilibrio.
FE: Es muy popular porque en el cross country el ambiente es más competitivo. El descenso es caro, necesitas que te suban en camioneta o algo así y es muy extremo. A a algunos le da miedo lesionarse. En el enduro se genera camaradería también.
PB: En Chile en general el deporte outdoor va para arriba. El surf, el skate...
FE: Cualquiera alternativo, fuera del olimpismo, está cada vez más de moda. En mi caso, hubo un cambio en lo que me planteé y lo que terminé haciendo. Empecé la temporada pensando en correr las fechas en Chile y Colombia y las últimas dos, en Europa. Vi mis buenos resultados y me la quise jugar. Fue difícil, no tenía las lucas. Tuve suerte y apareció un ángel. Volviendo de Colombia decidí correr todo e hicimos una campaña para recaudar fondos. Gasté todo lo que tenía.
PB: Yo venía de hacer unos buenos años corriendo fuera de Chile y entré justo al equipo internacional de Trek. Con ellos tenía un respaldo y facilidades, pero tampoco estaba todo servido. Sí era más fácil. Nunca había hecho el campeonato completo. Es mi primer año en la elite. Me da un mayor nombre internacionalmente, porque corro con la polera de un equipo importante. Me han pedido autógrafos. En Chile pasa menos, pero lo tomo bien, no me gusta mucho la fama.
FE: También es sacrificado. Yo hice campaña económica, tener que ahorrar, trabajar mucho, tratar de correr, buscar bonos por carrera y otras cosas. Es buscar el equilibrio entre juntar plata y seguir entrenando profesionalmente.
PB: Cuesta mucho ser profesional en un país que no lo es. Muchas trabas. Eso sí, el ciclismo entró muy fuerte. Hay competidores muy buenos y en Sudamérica a Chile lo ven como potencia. Nosotros estamos ganando porque nos tomamos el tema en serio y ponemos nuestras fichas ahí.
FE: Es un trabajo, la pega es diaria. Es entrenar, comer bien, tomarte los recuperadores. Trabajamos con psicólogo, kinesiólogo, nutricionista. El descanso también es importante. La gente piensa que es andar en bici y listo, pero son miles de detalles. A nivel mundial, donde se pelea cada segundo, sí importa.
PB: Tomando el deporte tan profesional me siento responsable de hacer que crezca. No soy el único. Tener entrenador, preparación física, salir a rutear. Igual a veces ven mal al deportista. Me pasó que en el aeropuerto, en policía internacional, me preguntaron si estudiaba o trabajaba y les dije que era deportista. Altiro miran como si no hicera nada. Salí del colegio y no entré a estudiar. Es mucho el prejuicio y también la presión social.
FE: Yo estudié, en diciembre me pasan mi título de ingeniera comercial de la U de Chile y la presión se da en por qué no entro a trabajar. O cuando estudiaba y me preguntaron por qué tomaba pocos ramos, para pedalear. Como si fuera broma.
PB: Hasta amigos cercanos, o que eran ciclistas, siento que me miran y piensan que estoy jugando a las bicicletas. Es mucho más que eso. Según la sociedad estudiar y trabajar es lo que hay que hacer.
FE: Una de las cosas que me motiva es que es importante que alguien abra puertas y muestre el camino a los más chicos. A los jóvenes que están andando, mostrarles que sí se puede. Un referente. Me tocó verlo en Europa, que, por ejemplo, si la campeona mundial es británica, hay otras diez jóvenes que surgieron atrás de ella. Es importante para hacer crecer el deporte. Lo mismo Pedro, que es un referente.
PB: En 2019 espero un año más profesional todavía, con mejores resultados y con el puzzle más armado para hacer las cosas mejor.
FE: Para mí es entrenar y mejorar los detalles que me faltan, como mejorar la parte física, técnica. Es más de lo mismo, pero con el ojo específico en qué mejorar.
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