Tenemos algo parecido con los chicos que nombraste: los botines", le suelta Walter Montillo (36, 171 centímetros) a Diego Buonanotte (32 años, 160 centímetros) cuando se entera de que jugadores de la talla de Mohamed Salah, Karim Benzema y Thomas Müller utilizan, al igual que ellos, los nuevos zapatos ultraligeros X Ghosted de Adidas. Buonanotte sonríe. Quiere usarlos en el clásico universitario (14.00 horas, San Carlos) para que le traigan suerte, asegura, pero dentro de sí mismo sabe que las probabilidades de ser titular son mínimas: “Mi presente futbolístico no es el que yo quiero, pero no me fijo en las estadísticas”. Montillo, fijo en la partida a menos que una tragedia ocurra, responde con una sonrisa: “Esperemos entonces que la suerte la traigan para este lado”. Así conversan dos ídolos -con cordialidad, respeto y distensión- durante una videollamada compartida para La Tercera donde no solo abordan el partido que los enfrenta hoy, sino también el uso de la tecnología en el fútbol, sus inicios y el cariño que reciben en Chile.
Diego Buonanotte (B): Después de irme de River Plate me costó encontrar un lugar, o mejor dicho, instalarme en un lugar y decir “estoy tranquilo y me pude adaptar rápido al futbol y a la vida”. Me costó. A los 32 años siento que encontré mi lugar, siento que este país es maravilloso y siempre digo que soy un agradecido del pueblo chileno y obviamente de Universidad Católica, donde encontré un lugar que tan difícil se me había hecho encontrar. Estoy contento de estar en este país con esta camiseta.
Walter Montillo (M): Tal como dices, nos respetan mucho independiente de la camiseta, y eso es fundamental. Porque el fútbol es de las puertas para adentro, pero afuera uno tiene familia y debe poder tener una vida normal como cualquier ciudadano. La verdad es que estoy muy bien, muy cómodo, siempre me sentí muy bien. La decisión de volver a Argentina pasa más que nada por los chicos, porque yo tuve una carrera donde jugué muy poco allá, y como mis hijos ven poco a los abuelos…
B: Yo recién a los 11 años me fui a Buenos Aires a hacer mis pruebas a River Plate. Quedé y a partir de los 12 arranqué mi carrera de jugador. Arranqué desde muy chico en un pueblito de 6 mil habitantes (Teodelina, Santa Fe), jugando con mis amigos en la esquina de la casa. De muy chico me gustó. Mi viejo, muy futbolero siempre, fue mi entrenador.
M: Yo nací en Lanús, es una ciudad de la zona sur de Buenos Aires, que tiene mucho más habitantes que tu ciudad. Y en Buenos Aires, no sé si en Santa Fe se usa, se juega mucho al baby futbol, y mis inicios fueron ahí.
B: Yo me acuerdo de todos los zapatos que he usado, la diferencia es que han ido evolucionando mucho y los zapatos de antes eran totalmente diferentes a lo que hoy se usan. Los nuevos X Ghosted ya los usé contra Everton y ahora en Brasil no me tocó jugar. La verdad es que son muy bonitos y cómodos.
M: Los botines siempre me los compraba mi papá, que era el que laburaba, y se prefería lo económico a lo de calidad porque la plata no sobraba y los botines se cuidaban como si fuesen oro. Había que cuidarlos bastante porque si bien era un poco más barato que ahora, no teníamos la posibilidad de andar comprando siempre que nos faltara.
B: Hay una mejora importante. Si nos vamos tiempo atrás, si en un partido había lluvia, el zapato al ser de cuero se mojaba y pesaba no sé cuántos kilos, a uno le molestaba el zapato pesado, y lo mismo pasaba con los balones. Hoy en día el zapato es mucho más liviano, la tecnología ha evolucionado muchísimo. Si se moja, no te incomoda. La mayoría de los zapatos son impermeables, y ahí ya tienes una ventaja importantísima. La tecnología ha evolucionado mucho y siempre para la comodidad del jugador.
M: Hay de todo con la tecnología. Ya no hay mucho por cambiar. El VAR, por ejemplo. Si bien vino para ayudar, hace el juego un poco más lento. Obviamente siempre hay algunas cuestiones que se pueden mejorar. El VAR hace todo más legal, porque si el juez de línea se equivocaba en algún fallo no se veía. Todavía en la Copa Libertadores no hay VAR.
B: Todavía no entiendo por qué en zona de grupos de la Libertadores no está el VAR. Entiendo que está a partir de octavos de final, pero todavía no entiendo por qué no está desde el comienzo. Ya quedó claro que es muy importante, porque lo hace más justo a este deporte que es tan lindo. Pero también estoy de acuerdo con los que dices en cuanto a la dinámica, de que hoy la intensidad del fútbol es muy alta y uno se prepara para afrontar el partido de esa forma y el VAR en ese aspecto te tira para abajo un poquito el ritmo del partido.
M: Creo que si la utilización del VAR fuese un poquito más dinámica estaría mucho mejor. Pero también se ha visto que con el uso de la tecnología muchas veces se equivocan también los que están adentro viendo las jugadas. Entonces para seguir con la implementación del VAR, tiene que ser mucho más dinámica, al menos por lo que veo en Sudamérica. A ver mañana cómo funciona.
B: Estos partidos son siempre distintos más allá de cómo venga uno o cómo venga el otro. Son clásicos y el jugador se prepara distinto, para jugar una verdadera final. Seguramente va a ser distinto al del año pasado.
M: La U tuvo un año pasado complicado. Un clásico con una U golpeada porque los resultados no se le daban y la gente estaba impaciente, nerviosa. Este año pudimos salir de ese asunto del descenso de los promedios, y cuando uno va sumando puntos y estando arriba en la tabla el chip se cambia y quiere más. Para nosotros es un partido vital. Contra Unión Española hicimos cosas buenas, otras por momentos no, y nos ganaron bien, entonces creo que es un bonito partido para volver a sumar de a tres. Si no la diferencia se vuelve muy grande.
B: El del año pasado fue hermoso para nosotros. Lo disfrutamos, se jugó muy bien, pero este fin de semana será distinto. A mí no me gusta hablar de los otros equipos por respeto. Yo respeto mucho a la U y Católica se tiene que preocupar por Católica, por lo que tenemos que hacer, tomando los recaudos necesarios porque en el otro lado tienen grandes jugadores.
M: La ventaja la sacaremos si hacemos un partido perfecto y jugando bien. Creo que todos lo saben, y nadie descubre nada, que en Católica hace mucho tiempo que ustedes vienen jugando juntos, que tienen un funcionamiento dentro de la cancha que se les ve que están bien. Así que, como dices, y siempre respetando al rival, trataremos de hacerlo de la mejor manera. Sabemos que en esta clase de partidos, si te duermes un poquito o haces algo mal, no te perdonan. Porque tienen la capacidad y los jugadores para lastimarte. Hasta donde yo sé no tienen lesionados, desde que volvió la pandemia viene jugando el mismo equipo y los jugadores aguantan bien.
B: Yo no voy a descubrir la calidad de jugadores de hoy, pero Católica hace años que viene sacando siempre chicos muy interesantes y muy importantes para el equipo. Lo que está demostrando Nacho Saavedra o Diego Valencia cuando le toca, o Raimundo Rebolledo… son chicos que lo están haciendo muy bien. Pero lo que más destaco de toda esta camada que viene es la calidad humana, el respeto y las ganas de aprender.
M: Personalmente siento mucho la lesión de Pablo Aránguiz porque uno lo aprende a querer, porque tiene humildad y porque juega muy bien a la pelota. Siempre tiene una sonrisa y tira pa´ adelante. La verdad es que le estaban tocando cosas muy lindas: ir a la Selección, jugar por la U y que no le pese la camiseta. Pero hablé con él, le conté mi historia de que yo a los 35 años me rompí la rodilla y que no pasó nada, que la vida sigue y uno no se olvida de jugar a la pelota. Él tiene 22 años y hay que estarle muy encima.
B: Es importante querer aprender, saber escuchar, matarse día a día, cuidarse, descansar. El profesionalismo que tienen estos chicos… parecen chicos de 30 o 35 años, y eso lo destaco porque me llama mucho la atención y es para felicitar. Veo lo de Saavedra, un partido contra Gremio en su cancha, un partido súper clave y tener la personalidad para agarrar la pelota, para pedirla y correr 90 minutos.
M: Pablo era uno de los mejores del torneo, pero son cosas que pasan. No somos robots, puede pasar, uno nunca se quiere lesionar. Le tocó. Estaremos ahí para apoyarlo. Y al chico que entre y que le toque jugar que sepa que tiene nuestro apoyo incondicional. Por ahí quizás no tenemos un jugador de las características de Pablo, y si al que entre le pedimos que haga lo mismo estamos equivocados todos. Adaptaremos esa función que hace para que otro chico lo pueda hacer de la mejor manera.
B: El jugador está acostumbrado a salir a la cancha y ver a toda la gente que tiene las pulsaciones a mil, y eso a uno lo motiva, lo llena de ganas de entrar a la cancha y hacer las cosas bien. Siempre es una desventaja no tener a tu público, que te mantiene alerta, te alienta todo el partido cuando la cosa va bien o mal. Entonces, siempre es un punto en contra no tener a tu gente, ver la cancha vacía. Y también por lo que significa para el jugador.
M: Le afecta al fútbol, no solo a nosotros. Obviamente con la hinchada local uno se siente más resguardado, pero cuando vas de visitante también es lindo ver a los hinchas que están alentando a los suyos. Pero bueno, estamos en un momento donde la única forma de volver al fútbol era esta. La gente trabaja toda la semana de lunes a viernes para pensar en ese sábado, en ese domingo, para ir a ver a su equipo, salir con la familia. Entonces ellos también lo sienten demasiado. No es lo mismo ver un partido sentado en el sillón.
B: Es feo. Como dices, la gente trabaja para tener su fin de semana de distracción, en familia, y el partido del sábado o domingo siempre es un momento lindo. A mí me pasó cuando era chico que veía los partidos con mi papá y era lindo. Me quedaba lejos Buenos Aires como para ir a la cancha, pero yo lo miraba por la tele y es lindo compartir en familia eso. Será un hermoso clásico, pero tenemos que adaptarnos a esta nueva modalidad por el bien de la salud de todos.