Diego Moya sonríe mientras trota por los últimos metros de la final del Campeonato Mundial de Triatlón. Sabe que tiene el cuarto puesto asegurado y no puede más de felicidad. Ha sido un trabajo largo y cargado de sacrificio, pero también repleto de logros. Su tiempo de 1.47′58 lo dejó como el mejor latinoamericano de la prueba.
En la natación mostró todo su potencial. Largó en el cuarto grupo y logró salir del agua en la primera posición con un tiempo de 18′42. Con esa ventaja tuvo que tomar la bicicleta y pedalear por los 40 kilómetros que exige la modalidad.
Pese a que ahí no pudo seguir primero, si se mantuvo en el grupo de punta y junto a otros diez atletas atacó el asfalto para empezar a cerrar la prueba. Ahí lamentablemente Diego no pudo mantener el ritmo de los líderes y rápidamente quedó relegado a la cuarta posición.
En la tercera vuelta de la carrera ya solo eran tres los que peleaban por el primer puesto. El australiano Matthew Hauser, el alemán Tim Hellwing y Csongor Lehmann, este último quien que se terminaría llevando la prueba tras un gran repunte cuando iban en la mitad de la última vuelta. La marca con la que el húngaro se llevó el Mundial fue de 1:46′47. Cuatro segundos menos que el teutón y ocho menos que el oceánico. Moya por su parte quedó a 1′21 del flamante campeón.
Diego deja Canadá como el mejor sudamericano de la competencia y lleno de confianza para lo que sigue. Tras una buena actuación en Tokio, donde remató en el puesto 30 en su estreno olímpico, llegó este cuarto lugar en el Mundial, transformando este 2021 en un año que puede ser clave para su explosión deportiva. Con solo 22 años, todo parece escrito para que el triatlón nacional tenga a su gran referente.