No exento de complicaciones estuvo Nole para vencer al australiano Alexei Popyrin en cuatro sets por parciales de 6-3, 4-6, 7,6 y 6-3. Y es que no solo tuvo dificultades en lo tenístico, pues conocidos son los arrebatos que Novak Djokovic suele sufrir con la afición durante sus partidos, este caso tampoco fue la excepción.
Más de la cuenta tuvo que trabajar el número 1 del mundo para sacar su partido adelante, ya que, a pesar de un arranque prometedor en el primer set, cayó derrotado en la segunda manga y el tercer parcial se lo llevó apenas en un tiebreak, ya recién en el cuarto set logró afirmar su nivel de juego.
Dichas complicaciones, sumadas al ardido público que evidentemente estaba en favor de su compatriota, terminaron por sacar de sus casillas al serbio. Fue precisamente luego de ganar ajustadamente el tercer set, que el diez veces ganador del certamen, después de escuchar un comentario en su contra desde las tribunas, le respondió aireadamente al fanático. “¡Ven aquí y dímelo en la cara!”, fueron las palabras del campeón defensor mientras una irónica sonrisa asomaba en su rostro.
Dicha acción terminó en que el juez de sillas tardara un tiempo considerable en calmar a la evidentemente disgustada afición mientras Nole se aireaba los dedos para alivianar la tensión.
En la conferencia de prensa posterior al encuentro, fue consultado sobre la acción en cuestión, argumentando que escuchó comentarios negativos hacia él durante gran parte de la disputa. “No quisieras saber lo que decía. Me estaban diciendo muchas cosas desde ese lado. Las he ido tolerando durante casi todo el partido, pero llegó un momento donde dije basta y le dije a ese tipo si quería bajar y decírmelo a la cara. Cuando te enfrentas a alguien, no tiene la valentía para bajar. Eso le dije, si era valiente para bajar. Si eres tan duro, baja y dímelo a la cara y discutámoslo. Se disculpó de lejos. Ahí quedó todo”.
Con este resultado, el máximo ganador en la historia de Grand Slams, extendió su racha ganadora en el Abierto de Australia a 30 partidos ganados de manera consecutiva. Es más, la última vez que se fue anticipadamente, fue en la edición del 2018, cuando cayó en octavos de final ante el coreano Hyeon Chung (1099°) en tres sets (6-7, 5-7 y 6-7).
Ahora deberá enfrentar en tercera ronda al argentino, Tomás Etcheverry (32°) que viene de derrotar a la leyenda británica Andy Murray (quien ya dio luces de su retiro) y posteriormente dio la sorpresa eliminando al francés Gael Monfils (76°), que a pesar de estar lejos de su mejor momento, siempre es un peligro en este tipo de torneos.
Rivalidad con Federer y Nadal
Hace unos días concedió una entrevista al diario británico The Times, en donde se refirió específicamente a su irrupción en la rivalidad que en un inicio era solo entre el ya retirado Roger Federer y el actual 446° del ránking Rafael Nadal.
Es más, durante la conversación, se enfocó más en hablar sobre lo que fue para él darse a conocer en medio de las dos leyendas, antes que en el hecho de superarlos en el número de torneos ganados. “No había lugar para tres”, aseguró Nole.
“En todas las rivalidades deportivas más famosas siempre son dos personas, no tres. En el fútbol es Ronaldo o Messi. Entonces entiendo que esa es probablemente una de las razones por las que yo me quedaba fuera”, agregó.
Pero no se quedó ahí, el máximo ganador de Grand Slams, culpa a su actitud por el disgusto generalizado de los aficionados a su persona. “No tenía miedo de decir que quería vencer a estos tipos, de ser el número uno. Lo dije cuando era un adolescente y creo que a mucha gente no le gustó, incluidos ellos, así que de inmediato me mantuvieron fuera y me juzgaron mucho”.
Cerró la entrevista comentando que después de un tiempo, se cansó de intentar agradarle a los fanáticos y se enfocó netamente en ser auténtico y mostrarse tal cual es. “Creo que al comienzo de mi carrera realmente traté de estar un poco más conectado con la gente, particularmente en lugares donde querían más a Federer y Nadal, o a Andy Murray. Pero también entendí que hay varios factores por los que no recibiré más apoyo que ellos. Entonces me pregunté: ¿sigo intentando ganarme a la gente o lo acepto y sigo adelante? ¿Ser mi yo auténtico, les guste o no?”.