La Universidad Católica es líder del campeonato. Se han disputado 17 jornadas y el club cruzado se mantiene al tope de la tabla, sin embargo, no hay paz en San Carlos de Apoquindo.

Algo no está saliendo bien. Los jugadores están incómodos con el rendimiento del equipo que, durante las últimas cinco jornadas, les ha impedido ganar, sumando igual número de paridades en forma consecutiva, exhibiendo un juego insuficiente y lejano, al menos por solidez y resultados, de los buenos momentos del inicio del campeonato.

El mensaje del cuerpo técnico no está llegando de manera fluida. Y ya hay inquietud entre los jugadores, que ven con sorpresa la falta de respuestas de San José y su staff. De un tiempo a esta parte, de hecho, algunos han tomado distancia del adiestrador, e incluso ya hay señales de que la relación entre el estratega y el plantel ha comenzado a desgastarse.

A modo de ejemplo, puede mencionarse el entretiempo del último choque cruzado, ante Palestino en La Cisterna. Después de una primera mitad menos que aceptable, el plantel se mostró sorprendido por la falta de planificación del técnico que, en el descanso, apenas los instó a seguir esforzándose.

"Dijo que el equipo estaba bien, que tenía que seguir así. Que se podía. Pero nada más. Ninguna estrategia diferente o una instrucción concreta", relata un testigo del diálogo del entrenador con sus dirigidos en el camarín visitante del recinto cisternino. El rostro de incredulidad entre los jugadores fue evidente pues, entre ellos, existía plena conciencia de que no estaban haciendo las cosas bien y esperaban algo más de parte del entrenador para intentar sacar el partido adelante.

Por lo mismo, acota un integrante del plantel, entre los propios futbolistas decidieron desoír al DT y optaron por "ir a presionar más arriba... Es que no teníamos otra alternativa", agrega el mismo jugador.

En el segundo tiempo, el conjunto precordillerano mejoró algunas cosas y finalmente terminó igualando el encuentro, con un San José extrañamente pasivo en la banda durante todo el desarrollo del complemento.

"Tenemos que jugar mejor. Podemos dar más. Estamos regalando los partidos y cometiendo errores que nos cuestan caro", dijo en tono autocrítico el capitán Cristian Álvarez, después del 2-2 ante los tricolores.

El recién llegado Sebastián Sáez, por su parte, también dejó entrever su disconformidad con el juego del equipo. "Otra vez un empate. Nos vamos molestos. Tuvimos ocasiones para ganar. No las aprovechamos y se nos escapan otra vez dos puntos", aseguró contrariado. "Nos queda una sensación amarga. Tenemos que salir de esta senda. No queda otra que trabajar para intentar sacarlo adelante. Todos los partidos son dífíciles porque los equipos salen a jugarse la vida. Pero nosotros tenemos más obligaciones y tenemos que mostrar algo más", añadió. "Sólo así podremos mejorar", cerró, representando el sentir de la mayoría de los cruzados y poniéndole tarea a su propio entrenador.