Disparos de oro

Tres años estuvo Pamela Salman alejada del foso de tiro, pero apenas dos días de competencia en Cochabamba le bastaron para convertir en oro sudamericano sus dos participaciones en la disciplina de Trap. Muy pocos la conocían, pero de toda la delegación chilena desplazada a Bolivia, tan solo las hermanas Abraham lograron regresar a casa con más preseas doradas en el bolsillo.

El mérito de Salman, sin embargo, tiradora tenaz y autodidacta, oncóloga de profesión y madre de dos hijos, va mucho más allá del valor indudable de los metales obtenidos. Y es que la veterana deportista del Team Chile no sólo los logró sin apoyo de ningún tipo, sino con apenas ocho meses de entrenamiento en el cuerpo.

Tras tomar parte, sin éxito, en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, el fallecimiento de sus padres alejó a Pamela del tiro. Un receso con carácter indefinido del que terminó por rescatarla, ironías de la vida, uno de sus hijos. Por él volvió a competir. Justo a tiempo.

Porque en los pasados Juegos Sudamericanos, a los que la tiradora concurrió sin entrenador y gracias a un permiso del centro hospitalario en que trabaja, Salman logró colgarse la medalla de oro en la disciplina individual femenina (125) y repetir dos días después la hazaña formando dupla con Claudio Vergara en el Trap mixto. Una doble presea dorada con que la experimentada atleta logró matar dos pájaros de un tiro: disparar a Chile en el medallero reivindicando su talento y su amor incondicional por el deporte que practica; y obtener el pasaje directo a los Panamericanos de Lima.