Qué duda cabía. Novak Djokovic (6º del ATP) y Juan Martín del Potro (3º), dos de los mejores jugadores de esta temporada, merecían ganar el título del Abierto de Estados Unidos. Pero sólo para uno estaba reservado ese honor. Ambos llegaban con credenciales de sobra. Por un lado, el serbio había tenido una faena muy cómoda despachando a todos sus rivales desde tercera ronda en el mínimo de sets. Mientras que el argentino, lo hacía con la virtud de haber eliminado en semifinales a Rafael Nadal, el campeón defensor y máximo favorito.

Todas las expectativas se cumplieron. Los dos contendores ofrecieron un espectáculo del más alto nivel, con tiros que rozaron la perfección. El primer set fue una verdadera exhibición técnica y táctica en la cancha techada del estadio Arthur Ashe. Y se definió por mínimos detalles a favor del serbio, quien aprovechó la única oportunidad que tuvo para lograr el rompimiento que dictó la pauta del capítulo. Un 6-3 en 42 minutos, que puso en evidencia la mejor estrategia de Nole, quien apostó por mover mucho a Delpo y atacarlo siempre sobre el revés. Ese movimiento le permitió al balcánico llegar casi siempre cómodo a definir los puntos. Además, su excelente devolución hizo sufrir en demasía al tandilense.

La ventaja encendió al ex número uno del mundo, que vio cómo el transandino acusaba el golpe. Esa fragilidad tenística la aprovechó a la perfección para quebrar en el tercer juego del segundo parcial y comenzar a encaminarse a la conquista de su 14º título de Grand Slam.

Pero Del Potro no pensaba en entregarse tan fácil. De un momento a otro, sacó a relucir toda la potencia característica de sus tiros. Cuando lo consiguió, hizo ver muy mal al serbio. Tanto que terminó logrando el quiebre en el sexto game. A esas alturas, el público, sobre todo el argentino, coreaba el tan particular ¡Delpo! ¡Delpo! La ilusión de cambiar la historia se apoderaba del sudamericano. Y estuvo a punto de hacerlo en el octavo juego, que duró 19 minutos. Dispuso de tres puntos de quiebre, pero Nole logró salvar su saque y salir vivo de uno de los momentos más apremiantes que enfrentó.

De ahí en adelante, todo decantó en el tie break, donde el argentino contó nuevamente con una ventaja, que no supo aprovechar. La fortaleza mental del serbio fue clave para controlar la situación y cerrar el desempate por 7-4, luego de que el transadino lanzara la pelota a la red.

Del Potro lo dejó todo en el segundo set, pero no le bastó. La sensación de frustración se hizo muy evidente en el argentino. Efecto inverso en su rival, que no le perdonó nada. En el cuarto game, quebró el saque del sudamericano. Igualmente, fiel a su estirpe luchadora, el tandilense devolvió el rompimiento y puso una pequeña cuota de incertidumbre. Sin embargo, fue breve. Nole volvió a apoderarse del servicio de su adversario y se encaminó a ganar la manga por 6-3 y conquistar su tercer US Open y el 14º major de su carrera, igualando a Pete Sampras, siendo sólo superado por Roger Federer (20) y Rafael Nadal (17). "Tenía la ilusión de que Pete iba a estar aquí, pero no lo está. Es mi ídolo. Pete, te quiero", señaló el eslavo.

Djokovic se arrojó al suelo muy emocionado, mientras que Del Potro lloraba desconsolado tras perder la final. "Estoy muy contento de que Nole sea el campeón, hay pocos tipos que juegan a ese nivel más de tres horas", analizó el tandilense.

A partir de hoy, el europeo desplazará al argentino del tercer lugar del ranking gracias a su tercer título de una temporada, que comenzó con muchas dudas e inseguridades y que va camino a terminar como una de las mejores de los últimos años.