Juego, set y partido para Novak Djokovic. El serbio lograba su décimo título en el Abierto de Australia y nuevamente se convertía en el número uno del mundo.

Pero no lo hacía en cualquier torneo ni tampoco en otro Grand Slam. Lo conseguía en la misma tierra que lo deportó el año pasado y que marcó el inicio de un año lleno de contrastes para el deportista que sin duda es uno de los más grandes de la historia.

Por eso, rompió en llanto. Por lo mismo, apenas saludó a su rival de turno, Stefanos Tsitsipas (3° ATP) caminó lentamente hacia una de las gradas. Allí donde estaban sus seres queridos, esos que estuvieron con él en los peores momentos y nunca perdieron la fe.

Nole avanzó con la mirada fija y de un salto quedó parado en la baranda para gritarle al mundo que se estaba transformando en leyenda. Y cual futbolista que conquista una copa con un gol en el último minuto, el nacido en Belgrado alzó sus manos, expresó su pasión y luego se fundió en un abrazo con su familia.

“Cuando he ido al box, me he derrumbado al abrazar a mi madre y a mi hermano porque hasta ese momento, supongo, no me permitía distraerme con nada fuera de la pista o que pudiera perturbar mi tratamiento de la lesión. Requería de una gran energía mental”, señaló en la rueda de prensa posterior a su victoria.

Luego agregó que “si retrocedo un par de semanas, creo que no estaba como para ganar. Era una cuestión de supervivencia. A partir de los octavos, la pierna no me molestaba tanto, me podía mover mucho mejor”.

Con parciales de 6-3, 7-6 y 7-6, Djokovic igualó a Rafael Nadal con 22 títulos de Grand Slam y lo superó con 93 torneos ganados a nivel ATP. Quizás por lo mismo, los diarios españoles destacaron otra parte de su celebración. Esa dónde se tocó la cabeza, el corazón y la entrepierna, pues la compararon con la que hizo Carlos Alcaraz en la final que le ganó en Madrid.

Pero eso ya es parte de otra historia, pues Nole quería reivindicarse y así lo expresó. “Estaba deseando volver a Australia, quería volver y jugar. Terminé la temporada pasada de la mejor manera posible e hice una gran pretemporada. Teniendo en cuenta lo que sucedió el año pasado, estaba un poco más nervioso; no sabía cómo iba a ser ni cómo iba a recibirme la gente, pero en general, ha sido una experiencia muy positiva”, concluyó.

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