Fin a la novela. Tras once días de idas y vueltas, de cuarentenas, detenciones y entrenamientos, Novak Djokovic ha abandonado Australia. Lo hace luego de que una corte mantuviera de forma unánime la decisión tomada por el Ministro de Inmigración, Alex Hawke, de quitarle la visa al serbio. Con esto el primer Grand Slam del año tendrá un nuevo campeón.
Fue la historia más importante del deporte en estos últimos días. Todo el mundo estuvo atento a cada paso que dio Novak en la isla de Oceanía. Un verdadero guión novelístico. De postear una fotografía radiante en el Aeropuerto de Serbia el cuatro de enero, a estar encerrado e incomunicado en una pieza del Aeropuerto de Melbourne un día después. Tras eso jornadas de lucha y declaraciones cruzadas entre las autoridades locales y los padres y fanáticos del número uno del mundo, mientras este estaba aislado en un hotel de la ciudad.
Luego llegó el fallo favorable y los primeros entrenamientos de Nole en la Rod Laver Arena. Todo parecía olvidado, pero no. Llegó el momento en que Alex Hawke utilizó su facultad especial para personalmente cancelarle el visado al ganador de 20 grandes. “La decisión se ha adoptado por motivos de salud, seguridad y mantenimiento del orden, sobre la base de que era de interés público”, fue la explicación.
Una medida que el campeón defensor del Open de Australia intentó anular en una apelación, pero que no fue fructífera. Los tres jueces destinados para el procedimiento votaron a favor de mantener la medida.
“Estoy extremadamente decepcionado con el fallo del tribunal de desestimar mi solicitud de revisión judicial de la decisión del ministro de cancelar mi visa, lo que significa que no puedo quedarme en Australia y participar en el Abierto. Respeto el fallo de la corte y cooperaré con las autoridades pertinentes en relación con mi salida del país”, lanzó el serbio luego de conocer el fallo. Un golpe que lo afecta en lo personal y en lo profesional, ya que no solo se quedará sin la chance de defender el título que viene levantando desde 2019, sino que también estuvo en el foco de la polémica, siendo criticado masivamente por su decisión de no vacunarse.
“Me incomoda que el foco de las últimas semanas haya estado en mí y espero que ahora todos podamos concentrarnos en el juego y el torneo que amo. Me gustaría desearles a los jugadores, trabajadores del torneo, personal, voluntarios y seguidores todo lo mejor para el torneo. Finalmente, me gustaría agradecer a mi familia, amigos, equipo, simpatizantes, seguidores y mis compatriotas serbios su continuo apoyo. Todos ustedes han sido una gran fuente de fortaleza para mí”, fueron las últimas palabras que Djokovic dijo antes de subir al avión que lo dejará en Dubái, para luego continuar su travesía hacía Europa.
En lo deportivo, el Abierto de Australia se queda sin el jugador más ganador de su historia. Sin el nueve veces campeón en el cuadro, las opciones del resto de los aspirantes aumentan de forma considerable, ya que en los últimos años Nole había sido invencible en Melbourne Park.
Su lugar en el cuadro será ocupado por Salvatore Caruso (150°), quien ingresó como Lucky Loser tras la salida de Djokovic. El italiano debutará mañana ante el un compatriota de Novak, el número 78 del ranking, Miomir Kecmanović.