El 1 de octubre del año pasado, Diego Osella anunció su salida de San Luis. Los quillotanos estaban últimos en la tabla de posiciones y se encaminaban hacia el descenso, una ruta que no pudieron revertir más tarde y que terminó con la pérdida de categoría para los Canarios. Ayer, el entrenador argentino añadió una nueva nueva decepción a una temporada nefasta: cayó al Nacional B argentino, con Belgrano, pese a que el equipo cordobés venció a Godoy Cruz por 1-0.
Terminado el partido, el entrenador anunció que no continuará en el Pirata. Había asumido en la novena fecha del certamen transandino, en lugar de Lucas Bernardi, y no fue capaz de enrielar la campaña. Sumó apenas tres triunfos y ocho empates. El resto fueron derrotas: seis.
Cuando dejó a la escuadra de la Quinta Región, Osella aseguró que no tenía ofertas para continuar su carrera. "Es sencillo. No quiero perjudicar a la institución. Deshonesto sería quedarme en el equipo. Nosotros no somos la solución. Ahora me voy para mi casa. No es que vaya a firmar en otro club en Argentina, sino hubiese dejado el equipo la semana pasada cuando tuve tres ofertas", sentenció. El compromiso no fue tal. Y el castigo del destino terminó siendo mucho más duro.