Dólar por dólar: el desglose de los gastos de la corporación por la fallida postulación al Mundial de 2030

La corporación Juntos 2030, con Alejandro Domínguez en el costado izquierdo y Chile presente
La corporación Juntos 2030, con Alejandro Domínguez en el costado izquierdo y Chile presente.

La corporación Juntos 2030, que Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile habían constituido para organizar conjuntamente la cita planetaria, llega a su fin después del desaire de la FIFA, que le asignó una participación simbólica a Sudamerica y el papelón en que se transformó la intención nacional. La idea es liquidar las cuentas.



El 4 de octubre abrió para Chile con un golpe letal. A través de las redes sociales, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, recurrió a un peculiar eufemismo para resaltar el rol que tendrá Sudamérica en la organización del Mundial de 2030. “Creímos en grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició”, planteó, inicialmente, el paraguayo. Luego agregó, a modo de anuncio, el mazazo a las aspiraciones nacionales: “¡Uruguay, Argentina y Paraguay serán sedes de los partidos inaugurales del #Mundial Centenario”. El desaire a las aspiraciones nacionales y el papelón en que terminaron transformándose las gestiones para albergar al menos en parte el segundo torneo planetario de la historia en el país estaban a la vista. Más tarde se sabría que lo que festejaba Domínguez eran apenas migajas: la organización del evento correrá por cuenta de España, Portugal y Marruecos. Ni los actos oficiales se realizarán en esta parte del mundo.

Como fuera, se abrían varias interrogantes. Las primeras, naturalmente, apuntaban a determinar qué había sucedido y por qué Chile quedaba al margen del camino en una candidatura en la que todo indicaba que tenía un rol protagónico. De hecho, la corporación Juntos 2030, que reunía a los cuatro países involucrados, se había constituido en Chile a fines de 2022, en una muestra clara de la consideración que entonces existía para la participación nacional. “Es una postulación que es necesaria para nuestro continente, pero también sabemos que es una postulación con una gran responsabilidad, no es fácil postular a un mundial adulto de la FIFA. En este momento estamos generando el acto administrativo que nos va a permitir constituir una corporación de derecho privado que va a ser la figura jurídica con la cual vamos a poder postular”, decía la entonces ministra Alexandra Benado. “Pero estamos esperanzados de que vamos a tener buena respuesta, tenemos que trabajar seriamente, tenemos poco tiempo, ahora en diciembre, seguramente van a aparecer las bases de postulación, y vamos a tener aproximadamente un año o 10 meses para poder generar una postulación que es difícil porque exige muchas cosas”, añadía.

Se desmorona

A casi un año de ese anuncio, la iniciativa se desmoronó. Este lunes, de hecho, comenzó a acordarse la disolución de la entidad, precisamente después de que Chile quedara en el camino de la organización del evento o de lo que al bloque que integra la Conmebol le cupo dentro de él.

En ese plano, los representantes de los gobiernos se reunieron para determinar los términos en que se producirá la disolución y, fundamentalmente, para acordar la forma en que se asumirán los gastos que se habían producido. En ese contexto, aunque el titular de Turismo y Deporte de Argentina, Matías Lammens, había propuesto una división igualitaria entre los cuatro países que integraron inicialmente la candidatura, Uruguay y Paraguay terminaron aportando la cuota de cordura e impulsaron que el cálculo se dedujera entre los tres que, finalmente, seguirán involucrados en el evento.

Resuelta esa disyuntiva, las preguntas surgen naturalmente: ¿Cuánto gastó la corporación? y ¿en qué lo hizo? Las respuestas figuran en el análisis contable que se entregó justamente en la cita en la que se trató la disolución de la entidad, con la participación de las más altas autoridades de los cuatro países.

Dólar por dólar

El balance para el período comprendido entre julio y octubre de este año, consigna un equilibrio perfecto entre activos y pasivos. Ambos conceptos se cifraron en US$ 584.433 dólares. En ese monto están incluidos los US$ 184.023 que aportó cada uno de los países para darle forma a una organización que, hasta entonces, incluía anhelos y acciones conjuntas.

El detalle consigna que los montos fueron creciendo con el paso de los meses. Así, por ejemplo, en julio se registraron apenas US$ 19 en gastos, correspondientes a gastos bancarios, legales y notariales.

Ya para agosto, la cifra se había incrementado considerablemente. En agosto, la glosa considera gastos por US$ 27.223, de los cuales el ítem más alto correspondió a honorarios profesionales: US$ 23.260. No se especifica la naturaleza de esos servicios. El segundo fue el de arriendo y gastos comunes, con US$ 2.477. También se ocuparon recursos en equipos e inmuebles: US$ 1.612.

En septiembre, las cantidades vuelven a incrementarse, otra vez con los honorarios profesionales al tope: US$ 46.219. Entre los aspectos nuevos aparecen los gastos por viajes (US$ 1.689) y se mantiene el de arriendo y gastos comunes, con una leve alza: US$ 2.482.

Para el ejercicio de octubre, que incluye los gastos en que se incurrirá hasta el 30 de noviembre, los gastos definitivamente se dispararon: el ítem honorarios profesionales se elevó a US$ 51.290, mientras que por arriendo y gastos comunes se proyecta pagar US$ 8.591. También se consignan gastos por equipos e inmuebles, a razón de US$ 947 y los gastos bancarios llegan a su máximo valor, con US$ 436.

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