Alicia Palacios Ascencio (73) es una de las tantas personas a las que Marcelo Bielsa agradeció al renunciar a la Selección. La ayudante de cocina en aquel recinto supo del afecto del DT de modo concreto, pues le dejó -sin avisarle- un cheque por $ 10 millones para concretar el sueño de la operaria: arreglar su dentadura.
Llamó, cuenta Palacios, al número que le dejó el técnico en una tarjeta escrita con su puño y letra en la que le dice que si alguna vez necesita trabajo, lo contacte. La línea es de la casa del entrenador. "Me atendió su hija menor, Mercedes. Él ya no estaba en Argentina. No supe cómo decirle que era plata lo que me había dado. Le dije que le contara que estaba todo bien", relata.
El 29 de diciembre último, Palacios fue despidida por la ANFP, con una propuesta de indemnización cercana a los $ 8 millones, por 11 años de servicio (límite legal). En marzo presentó una demanda contra la entidad, pues asegura que llegó a Pinto Durán exactamente en 1980.
"Me retiré de la cocina, porque don Marcelo se fue a vivir a Pinto Durán y me fui a trabajar para él. Hasta el día de hoy lo recuerdo. Si había un chocolate, lo repartía, así era. Él quedó con muchos amigos acá, que le van a contar que en la ANFP me trataron como cualquier cosa, que no me merecía este trato", cierra. Una vez publicada la denuncia en La Tercera PM, Bravo se solidarizó con ella a través de twitter.