Dominic Thiem: “Massú es apasionado en hacerme mejorar cada día; me sorprende”

Dominic Thiem
Dominic Thiem, tenista austriaco número 99 del mundo y pupilo de Nicolás Massú Foto: Red Bull.

El ex número tres del mundo y pupilo del viñamarino habla del duro momento que atraviesa y de su experiencia en Chile, donde se presentó por primera vez en su carrera.



Dominic Thiem (Wiener Neustadt, Austria, 3 de septiembre de 1993) vivió una semana difícil en el Chile Open, ya que se despidió rápidamente en la primera ronda frente a Christian Garin, en un encuentro en el que estuvo lejos del tenis que lo llevó a ser número tres del mundo y a ganar 17 títulos en su carrera, entre ellos, el US Open 2020.

Su nivel hoy está lejos del de jornadas gloriosas, y él mismo lo reconoció tras la dura derrota ante Gago. “Garin jugó bien, pero se lo hice muy fácil, porque no le di dificultades y no fui lo suficientemente agresivo. Él se vio en un gran nivel, pero si juego así, muchos se van a ver bien jugando contra mí. No fui un verdadero reto para él”, fue el duro mea culpa tras la caída en la cancha central de San Carlos de Apoquindo.

“Hay muchas cosas que no hice bien. En la práctica hago muchas cosas, pero cuando entro a la cancha, no sé qué pasa”, lamentó, con una cuota importante de preocupación. Las cosas no se le dan y esta temporada apenas suma una victoria, que fue en la primera ronda de Buenos Aires frente al peruano Juan Pablo Varillas. De hecho, la última vez que logró dos victorias consecutivas fue en octubre del año pasado, cuando llegó a las semifinales en el ATP 250 de Amberes, y parecía que la pesadilla comenzaba a llegar a su fin.

A Chile llegó como el 99 del mundo, como parte de una gira en la que en el pasado supo brillar y catapultarse como el jugador más peligroso en polvo de ladrillo después de Rafael Nadal, llegando a dos finales consecutivas de Roland Garros (2018 y 2019), la última de ellas de la mano de Nicolás Massú, su técnico hace cuatro años, con quien además llegó a la final del Abierto de Australia de 2020 y alcanzó el vicecampeonato de las Finales de la ATP de 2019 y 2020.

Sin ir más lejos, esos primeros dos años con el viñamarino fueron de ensueño tras ganarle el Masters 1.000 de Indian Wells a Roger Federer, y festejar las coronas en Barcelona, Kitzbühel, Beijing y Viena en 2019, además del citado título del Abierto de Estados Unidos al año siguiente, tras derrotar en una emocionante final al alemán Alexander Zverev.

Aparecen los problemas

Justamente, después de ganar el título en Flushing Meadows, vino un periodo muy difícil para él en todo sentido, donde también experimentó problemas físicos que lo hicieron caer fuera del top 300. “Perseguí el gran objetivo durante quince años sin mirar a la izquierda ni a la derecha. Lo logré, en circunstancias extrañas (debido a la falta de público y restricciones que puso la pandemia), pero eso no es tan importante para mí. En cierto modo, algunas cosas quedaron en el camino: la vida privada, lidiar con otras cosas, ampliar tus horizontes. Tienes que hacer algo por tu cabeza, por tu cerebro. Solo había tenis. Quiero cambiar eso un poco”, reconoció hace un tiempo al periódico Der Standard.

En aquella ocasión también confesó lo duro que había sido el periodo de pandemia en el regreso del tenis, donde las burbujas fueron muy estrictas en un comienzo. “¿Si sufro la burbuja y las regulaciones de cuarentena? Sí, por supuesto. Fue extremo en (el ATP de) Dubai, estábamos encerrados, pero fuera de eso había una vida normal (…). He tenido una vida completamente planificada desde que tengo uso de razón. Cada día, cada semana, cada mes. Me siento mejor sabiendo lo que pasará al día siguiente. Eso se ha ido ahora”, recordó en esa oportunidad.

Quizás por esto mismo, el tenista se mostró muy abierto a participar en distintas actividades que le propuso la organización del Chile Open, como disputar una pequeña exhibición junto al italiano Fabio Fognini en el Sky Costanera, a 300 metros de altura. Y, en cierto modo, se mostró muy agradecido por todo lo que vivió. “Es un gran torneo. Lo he pasado bien y fue una atmósfera increíble, es genial jugar así. Lamentablemente, mi nivel no fue lo suficientemente bueno. Debo seguir adelante y mantenerme concentrado para lo que se venga”, sostuvo en dicha ocasión.

También cumplió diversas actividades con sus auspiciadores. Uno de ellos es Red Bull, la compañía austriaca de bebidas energéticas que se expandió por todo el mundo y con la que Domi está relacionado hace largo tiempo. Entremedio de esta apretada agenda se dio un tiempo para conversar con La Tercera.

Thiem
Dominic Thiem cayó ante Christian Garin en su debut por el Chile Open.

¿Cuál fue su sensación de jugar por primera vez en Chile?

Muy bien. Estoy agradecido de tener la oportunidad de jugar aquí. Ya quería jugar este torneo el año pasado, pero la muñeca seguía dando problemas y ahora estoy perfectamente desde hace bastante tiempo. Llegué el miércoles (22 de febrero), así que ha sido un buen momento para prepararme. El año pasado también vine aquí a entrenar con Nico en febrero, así que disfruto de la ciudad, disfruto del país y es un buen momento aquí.

¿Por qué eligió jugar en Sudamérica y no en Europa o Medio Oriente?

Ya lo he intentado todo en mi carrera. He jugado muchas veces aquí. También jugué en Europa, Rotterdam, Doha, Dubai... Y todos esos lugares son agradables. Me gusta jugar en todas partes, pero este año pensé que la mejor decisión era venir a Sudamérica. Me gustan los torneos de aquí. En el pasado también tuve mucho éxito y aquí, en Chile, es la primera vez para mí. Siempre me gusta explorar nuevos lugares, jugar nuevos torneos. Así que fue fácil tomar la decisión.

¿Por qué ha sido tan complejo volver a su mejor nivel después de la lesión que sufrió?

Hmm. Sabes, me estaba poniendo el listón muy, muy alto... Estaba jugando genial. Tenía resultados increíbles. Iba a los torneos... a casi todos los torneos como favorito y me ponía el listón increíblemente alto, y ahora ya no es así. Supongo que es normal.

Es parte del proceso...

Ahora es parte del proceso, al cien por ciento, y estoy en la situación en la que estoy y no quiero mirar al pasado. No hay o no tiene sentido. Estoy ahora mismo en el momento presente. Es lo que hay y quiero sacar lo mejor de ello.

Hablando de Nicolás Massú. ¿Cuánto ha aprendido de él como entrenador en este tiempo que llevan juntos en el circuito?

Llevamos cuatro años juntos, mucho éxito; cuatro años muy interesantes, cuatro años también de una gran relación. Obviamente hemos tenido un éxito increíble y ahora estamos pasando por momentos un poco más difíciles, ya que mis resultados no son los de antes. No estoy jugando como antes, pero estamos dando lo mejor de nosotros, los dos, para mejorar cada día y volver a obtener mejores resultados.

¿Qué ha sido lo que más le ha sorprendido de Nicolás Massú?

Ahora lo conozco hace cuatro años, así que ya no me sorprende, pero, al principio, su pasión, su energía... Lo positivo que era... Sin embargo, sí, es apasionado en hacerme mejorar cada día y hacer buenos entrenamientos. Eso me sorprende. Y, por supuesto, cuando vine por primera vez a Chile con él... ¡Qué héroe es aquí! Todo el mundo lo conoce. No sabía qué esperar, pero esto fue agradable y también sorprendente.

Hace tres años el debate estaba instalado en que si usted podía llegar a ser número uno del mundo después de ganar el US Open. ¿Mantiene ese objetivo?

Realmente es la misma respuesta que antes. En realidad, ya no pienso en el pasado. Sí, ahora vivo el momento. Actualmente, mi ranking es qué, ¿95 o algo así? Así que eso es lo que hay en este momento. Y tengo que sacar lo mejor de esta situación en este momento que estoy viviendo, y eso es en todo lo que pienso.

El futuro

Si bien el tenista austriaco enfrenta un presente complejo, eso no ha sido obstáculo para tener opciones de seguir disputando torneos del más alto nivel, a pesar de que su ranking actual no le alcance para llegar a los cuadros principales. De hecho, tras esta complicada gira por la arcilla sudamericana, la próxima estación será el Masters 1.000 de Indian Wells, que podrá jugar gracias a una invitación. Y luego estará en el de Miami, al que también accedió mediante un wild card.

En el caluroso cemento estadounidense, la estrella buscará reencontrarse con esas viejas sensaciones que lo llevaron a la gloria hace no mucho tiempo. Viviendo el aquí y el ahora, y no mirando atrás, sueña con regresar al selecto grupo donde brilló por muchas temporadas. “El camino está llevando su tiempo, pero no me estreso, trato de hacerlo lo mejor posible sobre la pista, vivir el momento, sin pensar en lo que venga después”, expresa a menudo al ser consultado por esta realidad. Así es el nuevo Dominic Thiem.

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