Novak Djokovic sonriendo con el trofeo del Abierto de Australia, en medio de centenares de flashes y miles de aplausos. Una postal común, casi familiar a estas alturas, que es la punta del iceberg de un dominio absurdo del serbio, y sus dos máximos rivales, en el mundo del tenis. El Big Three representa mucho más que a los tres mejores del mundo. Define a una época del deporte blanco. Lo que han logrado Djokovic, Federer y Nadal trasciende sus propios nombres y es una marca registrada en las páginas doradas de la disciplina. Los años en que los tres tenistas más grandes de la historia reinaron sin apelaciones. Muchos intentaron ganarles, pero la monarquía nunca ha abdicado. El cambio de mando aún se ve lejano.
En Melbourne los dígitos de este dominio se agrandaron con el triunfo de Djokovic en la final sobre Daniil Medvedev (7-5, 6-2 y 6-2). Su noveno Abierto de Australia y el 18° Grand Slam de su cuenta personal, vuelve a darle validez al trio histórico del tenis. Son muy pocos los deportes, por no decir el único, que tienen el placer de que los tres mejores exponentes de la historia sean contemporáneos. Y eso no recae en una opinión personal. Son los números los que abalan la clasificación. Cada marca que existe en el deporte blanco, estos tres monstruos se han dedicado a romperla. Para bien de los reyes y para mal de los aspirantes al trono.
La más decidora sin duda es la de los Grand Slam. Los torneos más importantes del mundo han tenido que rendirse a los tres europeos, quienes desde que comenzaron a brillar demostraron su jerarquía en ellos. Rafa es sinónimo de Roland Garros (13 ganados); Roger, dueño absoluto de Wimbledon (8); y Novak, el rey de Australia (9). El Abierto de Estados Unidos, aún se resiste a tener un único dueño (Federer, Connors y Sampras han ganado 5 en la Era Abierta). Desde 2003, año en que el suizo ganó su primer Grand Slam, se han jugado un total de 72 torneos grandes. El trio se ha llevado 58, el 80,55% de ellos.
Si se analizan los años en que los tres ya habían tenido por lo menos un título, el número es aún más escandaloso. Solo cinco jugadores han podido levantar un grande durante el reinado del trio. Del Potro (US 2009), Murray (US 2012, W 2013, 2016), Wawrinka (AO 2014, RG 2015 y US 2016), Marin Cilic (US 2014) y Dominic Thiem (US 2020) fueron los afortunados. Este último el más cuestionado, ya que en aquella edición no jugaron ni Nadal ni Federer, y Djokovic fue descalificado del torneo. La victoria del austriaco puso fin a cuatro años de Grand Slam sin interrupciones para el Big Three. De los últimos once grandes disputados, diez se los llevaron el serbio o el español.
Son los máximos ganadores (Federer 20, Nadal 20 y Djokovic 18) y los jugadores con más finales (31, 28 y 28 respectivamente). Es por eso que tras la victoria de Nole en Australia, fue inevitable llevar la conversación al trio más exitoso de la historia. “Somos los tres caballeros del tenis. Nos hemos mejorado unos a otros y son una gran inspiración. Hemos encontrado una motivación extra entre nosotros y nos hemos llevado al limite. Estamos inmersos en una competición emocionante”, declaró el serbio, quien siguió analizando la diferencia entre los monarcas y los aspirantes. “Quizás tengamos algo que ellos no poseen. Sabemos sacar nuestro mejor tenis en las grandes citas y la experiencia para jugar situaciones límites. No queremos ceder nuestro lugar y vamos a pelear hasta el final para mantenernos como los dominadores”, finalizó.
Medvedev fue la victima del serbio ahora. El ruso es la gran aspiración del recambio en el mundo del tenis, y pese a que ya le ha ganado a “los caballeros” en torneos ATP, no ha podido aún levantar un Grand Slam. Ha perdido dos finales, con el Manacorí en 2019 y con Djoko ahora. Tiene 25 años. Con esa edad, Nole ya poseía seis grandes. El español, diez, y Federer, ocho.
Más allá de los grandes
Pero el Big Three no solo se queda en los cuatro Grand Slam. Su dominio se nota en cada torneo que pisan, y vayan donde vayan siempre serán los favoritos. No hay pista que se resista a los mejores jugadores de la historia. Obviamente, son los tres jugadores con más títulos en activo, y aparecen dentro de los cinco primeros en el listado de todos los tiempos. Federer con 103 está a seis del máximo ganador, Jimmy Connors. Nadal es cuarto con 86 y Djokovic quinto con 82.
En torneos Master 1000 también corren con ventaja. El serbio mantiene una pelea caliente con Rafa para ver quién queda como el tenista más ganador de este tipo de torneos, los más importantes fuera de los cuatro grandes. Djokovic tiene 36, uno más que Nadal. “Rog” completa el podio con 28. Los jugadores activos que los siguen son Murray (17), Alexander Zverev (3) y Daniil Medvedev (3). Diferencia prácticamente inalcanzable.
El ranking también se cae a sus pies. Federer, con sus 310 semanas, dominó por años el listado de los jugadores que más tiempo pasaron como número uno. El ocho de marzo Djokovic lo superará tras asegurar los puntos necesarios para que nadie le pueda quitar la cima del orbe. Sobre eso declaró en la conferencia de prensa post título de Australia. “Supone un alivio para mí y me permite centrarme mucho más en los Grand Slam. No me siento cansado, pero tengo claro que a mi nivel biológico debo racionalizar los esfuerzos”, lanzó el serbio. No pasaron ni horas de su victoria en Melbourne y ya pensaba en el siguiente. Esa es la mentalidad que lo ha llevado a donde está. Nadal es sexto, con 286 semanas. El español ha sido el más golpeado por las lesiones dentro de los tres “cíborgs”, como los definió Daniil luego de perder la final.
La última vez que otro jugador alcanzó la cima, fue cuando Andy Murray lo logró en 2016, reinando por 41 semanas. Antes de él, el norteamericano Roddick en 2003. Así el reinado de los tres mejores tenistas de la Era Abierta parece nunca acabar. Pese a que Federer lleva casi un año fuera de las pistas, sus escuderos defienden la aventura que han escrito juntos. Djokovic sigue sin tener un rival de peso en el cemento australiano y Rafa parece invencible en el polvo parisino. La lucha por el número uno ni siquiera es una pelea, Nole corre prácticamente solo.