Donald Trump, amago de incendio e incumplimientos: la Roja presenta una queja a la Conmebol por el accidentado arribo a Nueva York

La Roja sufrió una serie de dificultades desde su salida de Dallas. Foto: @LaRoja / X (Twitter).

El otrora presidente de Estados Unidos y actual candidato fue uno de los múltiples motivos que atrasaron el viaje de la selección chilena desde Dallas. Por otra parte, el combinado nacional sufrió una serie de contratiempos que desencadenaron un reclamo formal de la sede de Quilín hacia la organización.



El martes 25 de junio será un día crucial. La selección chilena disputará una verdadera final ante Argentina, en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, en un lugar que evoca tiempos mejores. El partido se desarrollará en el mismo recinto de la definición de la Copa América Centenario, coincidentemente un día antes de que se cumplan ocho años exactos de la coronación del bicampeonato de la Generación Dorada.

El rival es el mismo, pero el contexto es muy diferente. La Albiceleste llega como defensora del certamen continental y como el país campeón del mundo. El Equipo de Todos, en cambio, hace lo propio tras dos cursos sin asistir a la Copa del Mundo y en medio de un proceso nuevo, que vivió un traspié con Perú en su estreno en el torneo.

Fue la presentación más baja en los cuatro partidos que acumula Ricardo Gareca al mando de la Roja. Eso sí, el Tigre se echa a morir. “¿Preocupado? No, esto nos va a ir sirviendo para ir mejorando, analizando. Más allá de que teníamos la ilusión de ganar, lo más importante es sumar en esta instancia y restan dos partidos. Estamos como comenzamos: con posibilidades”, manifestó luego del empate ante los del Rímac.

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Chile volverá al MetLife Stadium de Nueva Jersey.

El inicio del trayecto

A pesar del grato recuerdo que significa volver al estado de la coronación de la Centenario, la experiencia arrancó de la peor manera. La Roja inició la jornada sabatina con un entrenamiento en la cancha de la Universidad Cristiana de Texas, en Fort Worth. Hasta ahí, todo normal, sin embargo, vendría el comienzo de una serie de incidencias.

Por la tarde, la selección chilena se trasladó a Dallas, donde abordarían su vuelo a Nueva York. Lo que se esperaba que fuera un trámite sin complejidad alguna, terminó siendo una molesta travesía.

El despegue estaba previsto que se realizara cerca de las 17 horas locales, pero debió ser atrasado una hora producto de una tormenta eléctrica que afectó a la zona de Nueva York.

El vuelo entre ambos tramos se suele realizar en tres horas y 40 minutos. No obstante, se tardó otros 60 minutos más de lo estipulado. El motivo se debió a una problema logístico del Aeropuerto Internacional Libertad de Newark. En detalle, cuando estaban por aterrizar, el piloto les comunicó que no tenían la autorización para hacerlo. Hubo un retraso y una fila de aviones antes que el suyo, además de una aglomeración en las pistas. Con motivo de la espera obligada, debieron realizar vueltas en el aire por una hora.

Ya instalados en Nueva Jersey, las contrariedades no se disiparon. Incluso, aumentaron. La comitiva nacional se vio obligada nuevamente a esperar en el recinto aeroportuario. En esta oportunidad, el motivo fue atribuido a la presencia de Donald Trump. El otrora Presidente de los Estados Unidos y actual candidato a la Casa Blanca estaba llegando al lugar, y por motivos de seguridad, la delegación chilena y el resto de personas debieron aguardar por cerca de una hora dentro, sin poder salir.

Todo el retraso provocó que la Roja llegara al Hotel Hyatt Regency, ubicado en New Brunswick, recién cerca de la medianoche. Ahí se encontraron con el apoyo de algunas decenas de seguidores. Los jugadores, por su parte, tenían sus labores claras: cenar y a dormir, no había nada más dentro de los planes.

Problemas en el hotel

Cuando se esperaba que los disgustos quedaran atrás, volvieron a surgir. Tanto Ricardo Gareca como los jugadores y el resto de la comitiva nacional, lógicamente, no pasaban por su mejor momento. No obstante, el nerviosismo y la molestia aumentó cuando el recinto hotelero no tenía la lavandería acorde al tamaño de la delegación.

Al día siguiente arrancaría el entrenamiento en el Yurcak Field, campo de fútbol de la Universidad Rutgers, a unos 80 kilómetros de Nueva Jersey, aunque tampoco estuvo exento de polémica. Pensando en preparar el decisivo duelo ante Argentina, la Selección decidió cambiarse de cancha, priorizando el estado de esta. El problema fue que el camarín estaba ubicado a diez minutos caminando, trayecto que debieron hacer bajo plena lluvia.

En la tarde volvieron los contratiempos. Para rematar, hubo un amago de incendio en el Hotel Hyatt Regency. Un problema en la cocina activó un protocolo de emergencia producto del humo. El lobby debió ser evacuado, aunque no en su totalidad. El siniestro fue solucionado rápidamente y los jugadores no tuvieron que salir del recinto cercado por fanáticos. Pese al control del mismo, los bomberos se hicieron presentes en el lugar.

La sensación fue una mezcla de preocupación y disgusto, aunque esto último era lo que abundaba. La molestia fue tal, que la ANFP entregó un reclamo formal hacia la Conmebol. La institución con sede en Quilín envió una carta hacia el ente rector del fútbol sudamericano, esperando una respuesta tras la serie de incidencias sufridas por el combinado nacional.

La travesía se suma al inconveniente que sufrió Erick Pulgar en su llegada a Estados Unidos. En su ingreso al país, en Texas, el volante fue retenido por casi un cuarto de hora durante su entrevista, la que suele durar un par de minutos. Esto retrasó al resto del grupo antes de dirigirse al hotel de concentración.

Las problemáticas, poco a poco, se disiparon. Luego del disgusto, el ambiente se comenzó a calmar. El hotel, finalmente, entregó los salones requeridos por la Roja. Ahí se instaló la “clínica” de la Selección, además de la zona de masajes. En dicho sector está concentrado el trabajo recuperativo del plantel y, por ahora, principalmente el de Diego Valdés. El volante salió lesionado ante los peruanos y está totalmente descartado para el duelo contra la Albiceleste. A pesar de sus molestias en el gemelo izquierdo, no fue liberado de la convocatoria. En caso de que el Equipo de Todos continué su periplo por Estados Unidos y siga con vida en el torneo, esto le permitiría recuperarse y volver a ser una opción para el Tigre.

Se espera que este lunes sea una jornada de tranquilidad, idónea para el trabajo de Gareca pensando en la Albiceleste. El cuerpo técnico decidió que que entrenarán y se irán directamente al hotel en bus. El martes, en tanto, se disputará el crucial partido que podría marcar el futuro de la Roja en la Copa América.

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