El último partido que ganó Universidad de Chile fue el 13 de septiembre pasado. En aquella jornada venció a Unión Española por 2-3 y por esos días se hablaba de pelear por el torneo nacional y de asegurar un cupo en Copa Libertadores.
Sin embargo, también en esas semanas, se fraguaba un cambio total en la conducción de la sociedad anónima que rige los destinos del Romántico Viajero. Llegaba a Chile el nuevo gerente técnico, Luis Roggiero, y se preparaba el cambio en la presidencia de la entidad (Michael Clark, quien asume el 1 de octubre, en reemplazo de Cristian Aubert).
Lo que nadie presumía entonces es que tras perder el Superclásico ante Colo Colo (26 de septiembre), los laicos caerían en una espiral de malos resultados deportivos y que la crisis sería tan grande como para que exista un divorcio total entre todos los estamentos del equipo laico.
El primero en dejar evidencia el quiebre fue Esteban Valencia. El DT, quien fue ratificado por el club y nunca más volvió a ganar, se quebró luego de la derrota ante Melipilla. Dejó su puesto en el aire, como preparando su salida. No es para menos: uno de los último 21 puntos en disputa. De paso, quedó a cinco puntos de la zona de promoción.
“Uno tiene que entender cuando a veces el problema es uno. Nosotros en un momento fuimos parte de una solución y hoy no queremos ser parte del problema. Vamos a conversarlo con la gente que corresponde”, dijo el Huevo.
Hoy, el exvolante no tiene reemplazante en La Cisterna. En la U no saben a quien recurrir, pese a que Cristián ‘Relojito’ Romero, otro ex jugador del club, quien ya asumió en otras oportunidades, está en las menores. Su última pasada por el club no trae buenos recuerdos. En tanto, el nombre de Sebastián Miranda, quien asumió las inferiores hace algunas semanas, también da vueltas. Hoy, durante la tarde, parte de la dirigencia se reunirá para definir el futuro del estratega.
Un misterio que inquieta
Mientras la U intenta retomar el rumbo, los hinchas les hacen sentir su malestar a los jugadores. El Centro Deportivo Azul apareció rayado con consignas dónde se le acusa a los futbolistas de estar haciéndole “la cama” al adiestrador. Todo esto bajo el silencio de sus líderes corporativos, el cual no tiene contentos a los referentes de quienes algunas vez conquistaron el continente.
Es que desde que Carlos Heller abandonó el club, en la concesionaria ya nadie da explicaciones. A Clark, según cuentan desde el plantel, solo lo vieron una vez en La Cisterna. Se paró frente a los jugadores para presentarse y les ofreció todo tipo de garantías. De ahí en adelante, la figura del reemplazante de Aubert nunca más se asomó.
En la gerencia deportiva, en tanto, Luis Roggiero se maneja en la misma línea. Ayer, en Melipilla, el ecuatoriano se excusó de dar explicaciones. Solo atinó a realizar llamadas por teléfono, como asumiendo el difícil panorama que debe enfrentar.
Y el no saber cuál es el proyecto de los nuevos dueños, ni menos que estos den la cara en los momentos críticos, tiene inquieto a los hinchas y referentes de la institución.
“El rol de las autoridades tanto en la U como en otros ámbitos, es salir a aclarar las cosas. Más aún en este club. Por lo que estamos esperando que se diga algo”, exige César Vaccia, bicampeón como entrenador de los laicos.
La voz histórica
Waldo Ponce, uno que estuvo hace hace poco en La Cisterna, tiene su particular análisis. “La cara visible siempre es el técnico y siempre se corta por él, pero la crisis no solo pasa por él. Los rangos jerárquicos deben aparecer cuando se les necesita y no solo hablar cuando las cosas salen bien. La gente que está a cargo no debe estar y aparecer en la foto cuando todo está lindo, también debe hablar en los momentos malos”, sostiene.
Una opinión emite otro ex jugador azul, Sandrino Castec: “Le corresponde al nuevo gerente deportivo hablar. Más aún cuando se pasa por esta difícil situación, porque la U no se merece estar dónde está”.
Todos coinciden también que una de las primeras cosas que debe hacer la regencia de Azul Azul es respaldar a Valencia y armar un proyecto deportivo que los vuelva a posicionar en los primeros lugares el próximo año. “Lo que dijo el Huevo, lo engrandece. Al poner su cargo a disposición o decir que es responsable, demuestra su hombría. ¿Si debe seguir? Va a depender de lo que quiera a Esteban. pero cambiar a un técnico es una situación difícil, no sé si será la mejor solución”, reflexiona Ponce.
Castec añade: “Valencia no puede estar una semana se queda y otra semana se va. Esas no son respuestas claras para lo que está pasando. Debe terminar el campeonato. Esto viene mal del principio y no se sabe quienes son dueños del club. Ellos son responsables, pero también lo son que vendieron e hicieron una mala gestión”.
Los futbolistas también deben asumir la culpa del crítico momento, dicen los históricos. Hoy tienen al equipo en el décimo puesto con 34 unidades, fuera de toda copa internacional. “Las responsabilidades son compartidas. No creo que estén haciendo algo indebido, pero ellos deben asumir parte en esta crisis”, indica Vaccia.
“Estos rayados son parte del sentimiento de la gente. Pero los jugadores no entran a la cancha a perder ni van a dejar de correr para echar a un técnico. Capacidad y talento hay, pero no se da y cuesta encontrar una explicación”, sostiene Ponce. Castec concluye: “La última opción que tiene la U es meter más juveniles y arreglar un poco el equipo con quienes sí quieren demostrar por qué están aquí. Hay que hacer una mixtura entre los cadetes y el primer equipo”.