Además de ser uno de los mejores futbolistas de la historia, Diego Maradona es una marca que atrae. De hecho, esa es la apuesta que realizó Dorados de Sinaloa cuando confió en el astro argentino para que asumiera la banca, pese a un historial no muy productivo en ese ámbito y del alto costo que significa: 180 mil dólares de salario mensual, lo que totaliza cerca de US$ 2 millones por año.

El club del ascenso azteca busca beneficios en otros aspectos y ya empieza a beneficiarse de la presencia del Diez: sus partidos ahora son televisados por cadenas internacionales y entre los hinchas crece el interés por adquirir productos relacionados con el club y entradas para sus partidos.

El diario El Universal consigna, por ejemplo, que del stock de camisetas que el club tiene a la venta, solo queda un cinco por ciento disponible. Los aficionados piden, en su mayoría, el número 10, con la inscripción Diego, en evidente alusión al nuevo entrenador. Sorpresivamente, ya no quedan camisetas para mujeres. Para niños y varones las estanterías lucen cada vez menos.

A ello se suma la también explosiva venta de entradas para el debut del transandino, en el encuentro ante Cafetaleros de Tapachula, el lunes. El mismo medio consigna que el ritmo de venta es mucho más acelerado que el que habitualmente registra el club, que promediaba una asistencia de cuatro mil espectadores. Ahora, incluso, se ilusionan con llenar su estadio, que tiene capacidad para 20 mil personas.