A las 15.50 de ayer, cuatro automóviles hasta el Velódromo del Estadio Nacional. Sus ocupantes eran más de una decena de personas, con Natalia Duco como personaje central, pues llegaba hasta el recinto para declarar ante el Tribunal de Expertos de Dopaje (TED). Fue la culminación de una etapa oscaura, pero el inicio de otra, donde pudo contar su verdad luego de las prórrogas a las que recurrió su defensa.

Así se inició su apelación por la suspensión provisional que la afecta desde el 12 julio, debido al positivo de una muestra de control realizada en abril que arrojó la presencia de GHRP-6, sustancia que, en términos gruesos, estimula el desarrollo muscular y reduce los porcentajes de grasa. Un método prohibido.

La sanfelipeña arribó acompañada por su entrenadora, la cubana Dulce Margarita García, quien lucía casi irreconocible por una notoria pérdida de peso. A ambas se sumaban, entre otros, los abogados chilenos Rodrigo Gil y Andrés Jana, sus defensores, junto a su colega español Enric Ripoll, quien asesora a la atleta para enfrentar la acusación presentada por la Comisión Nacional de Control de Dopaje (CNCD), pero que no pudo intervenir en la cita, pues la Ley se lo impide.

En la numerosa comitiva también figuraban la psicóloga Verónica Latuf; Catalina, hermana de la deportista, y Luis Salazar, médico del CAR. García, Latuf y Salazar fueron los tres testigos que presentó la balista para su defensa.

La CNCD, en cambio, estuvo representada sólo por su secretario general ejecutivo, Roberto Dagnino.

La audiencia, dirigida por el presidente del TED, Cristián Ramírez se prolongó desde las 16.20 hasta las 19.30, más de tres horas en las que lanzadora de bala realizó sus descargos, tratando de explicar cómo ingirió, sin intención de dolo, el péptido que se halló en su orina.

"Este proceso ha sido muy, muy complicado. Ahora tuve la oportunidad de contar mi historia, hacer mis descargos y traer todas las pruebas posibles para demostrar que nunca he ingerido una sustancia con la intención de hacer trampa. Ahora, lo único que tengo que hacer es esperar la resolución del tribunal. No tenemos fecha y hay que seguir teniendo paciencia, este es un proceso largo y complejo. Lo único que puedo decir es que estoy tranquila, por el simple hecho de que hablé y conté mi verdad", dijo Duco, al finalizar su audiencia.

Su defensa va por esa línea, intentar explicar que su intención nunca fue la trampa, que todo fue un error. Por ello es que sus abogados piden la absolución de cualquier pena. Reclaman inocencia, alegan ignorancia.

"He tratado de enfocarme en lo positivo y seguir con mi vida cotidiana. Para mí esto es dramático, tanto por mí como por lo que represento y por el cariño que le tengo a toda la gente que me sigue", explicó, visiblemente conmovida.

En caso de no prosperar su apelación, Duco arriesga una sanción de hasta cuatro o más años, con lo que se vería imposibilitada de competir en Tokio 2020. El juicio, según el propio Ramírez, podría extenderse por meses.