Argentina, al igual que en otras citas, llegaba con la incertidumbre instalada. Los partidos previos no aclaraban mucho y las diversas combinaciones de Jorge Sampaoli no acababan por determinar la mejor compañía para Lio Messi. Mal que mal ha sido la gran discusión de los últimos años: ¿Cómo acompañar a Messi?

El debut no fue ni más ni menos de lo esperado. Islandia, limitada técnicamente, se protegía en su fortaleza colectiva y en la superpoblación defensiva. Desechó la zona central y apostó (con mucho riesgo) a ganar en los balones largos.

El primer error de Jorge Sampaoli fue no solucionar un tema fundamental. Defensivamente sigue siendo feble y no otorga la solidez que necesita. Mascherano se debate entre defender de emergencia y ser la primera salida. Misma cosa que intenta Lucas Biglia. Demasiada gente para sólo una tarea. Este tema no solucionado acarrea el segundo de Sampaoli. La lenta y predecible salida no genera sorpresa alguna en terreno rival.

Islandia ha sido, es y será una escuadra ultradefensiva. Para esto la movilidad y, en especial, la calidad de los movimientos debe rayar la perfección con el objeto de crear espacios. Pese al buen partido del Kun Agüero, la dinámica sigue siendo dársela a Messi para que él resuelva.

Sampaoli decidió la entrada de un ganoso Pavón para corretear arriba, cuando el problema estaba 10 metros atrás. Argentina, mano a mano, no tiene grandes problemas de finiquito. Su tema es lograr llegar a esa chance.

Es decir, quiso solucionar algo sin considerar el aspecto vital, cual es, despejarle la cancha al 10 para que haga lo que sabe hacer. Ni Meza ni Di María fueron capaces de allanar ese campo.

Es curioso que uno de los mejores del mundo termine siendo un problema para todos y cada uno de los últimos técnicos de Argentina. Pareciera ser que rodear y acompañar a Messi termina siendo más importante y vital que el fondo de juego colectivo. Argentina tiene grandísimos nombres a nivel mundial, pero su estructura sigue siendo poco confiable.

No es la primera vez que Argentina parte mal. El tiempo dirá si repite lo de Brasil 2014. Poco para ser una potencia.