El boxeo femenino suma un escándalo a París 2024. El combate entre la italiana Ángela Carini y la argelina Imane Khelif duró apenas 47 segundos. Terminó con el retiro de la peninsular. El lío había partido antes, cuando se había puesto en duda el género de la africana. “Me dio dos golpes y ya no podía respirar”, justificó la peninsular.
Sin embargo, ya están instaladas las dudas respecto de una decisión premeditada, pues en el transcurso del combate no se registraron golpes que le hayan generado daños evidentes.
La historia
Imane Khelif había sido excluida del Mundial de Nueva Delhi de 2023. Un estudio biológico llevó a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) esa decisión al determinarse que sus cromosomas eran XY, lo que se asocia al género masculino, y no XX, que es lo propio del femenino. De todas formas, el Comité Olímpico Internacional validó la participación de la deportista, aunque admitía que había sido descalificada de la competencia por presentar un alto grado de testosterona.
El lío había escalado. En Italia, por ejemplo, alzó la voz la ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, quien expresó una “gran preocupación” por la participación en la disciplina de “dos transexuales, hombres que se identifican como mujeres y que, en cambio, en las últimas competiciones habían sido excluidos”.
La autoridad había sido tajante en su postura. “Es sorprendente que no existan criterios ciertos, estrictos y uniformes internacionales, y que precisamente en los Juegos Olímpicos, un acontecimiento que simboliza la equidad deportiva, se pueda sospechar, y mucho más que sospechar, una competencia desigual e incluso potencialmente arriesgada para uno de los contendientes”, sostuvo.
Fuerte postura
La ministra Roccella fue enfática en su posición. “En las competiciones deportivas siempre se ha separado a los atletas de las atletas, basándose en un criterio elemental de equidad en la competición, así como de igualdad de oportunidades”, enfatizó.
“La presencia de personas transexuales en las competiciones deportivas implica, por tanto, la necesidad de identificar y garantizar requisitos de admisión estrictos, ciertos e inequívocos para una competición honesta y equilibrada. Máxime cuando se trata de deportes que implican un combate cuerpo a cuerpo entre deportistas, un enfrentamiento físico directo que puede poner en peligro y dañar a la persona”, argumentó.
El Comité Olímpico Italiano se limitó a una formalidad. “Se ha activado junto con el Comité Olímpico Internacional (COI) para que los derechos de todos los y las atletas se ajusten a la Carta Olímpica y a las regulaciones sanitarias”, declaró, a través de un comunicado.