El debut de la selección chilena en el Sudamericano Sub 17 de Ecuador, clasificatorio al Mundial de Perú, fue como se podía suponer. El camino del combinado juvenil empezó nada menos que ante Brasil, cuya camiseta siempre genera respeto, en cualquier categoría. En Guayaquil, la Rojita perdió por 3-0, por la segunda jornada del grupo A.
Luego de una extensa preparación, el equipo de Hernán Caputto salió a la cancha con el objetivo no solo de pelear por uno de los cuatro cupos a la Copa del Mundo de la categoría, sino que también darle un aire de esperanza al vilipendiado fútbol local, que viene de tropiezo en tropiezo en sus selecciones. Los antecedentes le dan sustento a esa ilusión, considerando que la Rojita ha disputado los últimos tres Mundiales: 2015 (como organizador), 2017 y 2019 (clasificando en cancha).
Sin embargo, el estreno se anticipaba complejo porque aparecía Brasil, que siempre implica un escollo mayor. La Canarinha desperdició un 2-0 en su primer juego con Ecuador. En el epílogo, el anfitrión logró empatar 2-2 y quedarse con un punto. Dicho y hecho. La potencia individual de una de las mayores factorías de talentos marca diferencia.
Debido a la lluvia de los últimos días, la cancha del Estadio Christian Benítez de Guayaquil (se llama así en honor al Chucho, fallecido exjugador ecuatoriano) estaba muy blanda, lo que también alteraba el devenir del juego. Desde un arranque, Brasil comenzó a amenazar la portería de Francisco Valdés. De hecho, el golero chileno tuvo su primera intervención en los ocho minutos, tapándole un mano a mano a Souza.
Con la tenencia del balón y aplicando velocidad en la salida, el Scratch imponía sus condiciones. Eso sí, la Rojita no se parapetaba en su territorio. Con sus elementos, intentaba buscar hacia adelante. Estuvo a punto de abrir la cuenta en los 14′, con un remate de Ignacio Vásquez que se fue muy cerca de un poste, luego de entrar por el centro del área.
A la media hora, el partido tiene su punto de quiebre a favor de los brasileños. En los 30′, llega la apertura de la cuenta a través de Kaua Elias, quien cabecea totalmente solo de cara al arco, aprovechando que el meta Valdés se resbaló y no pudo reaccionar. La secuencia había comenzado con un remate del mismo delantero a un vertical. Tanto Kaua Elias como Lorran Pereira eran los faros ofensivos de Brasil. Este último, con la 11 en la espalda, desplegó todo su repertorio desequilibrando con su rapidez, jugando con el perfil cambiado (zurdo, por la derecha).
Luego, en los 36′, llegó el 2-0. Nuevamente fue Kaua Elias, ariete de Fluminense (categoría 2006), quien convirtió conectando un potente centro desde la banda izquierda. El delantero se metió entre Benjamín Molina y Lucas Velásquez (central y lateral izquierdo) y definió como un experimentado artillero. Cuarto tanto del jugador en dos partidos del Sudamericano.
A veces el fútbol es ingrato, pero la realidad es lo que es. La selección chilena no estaba haciendo un mal partido, sin embargo dejó un par de ventanas abiertas y el rival, con el poderío que tiene, agradeció y se fue 2-0 al descanso.
Al complemento, Caputto movió el tablero y realizó cambios. De todas formas, la única herramienta que tenía Chile para acercarse tímidamente al área brasileña era mediante la pelota detenida. Buscando otro peso en ofensiva, ingresó Axel Cerda, jugador de Universidad Católica, quien ya debutó en Primera División (ante Ñublense, en Chillán). Por su parte, Brasil trató de bajarle el ritmo al partido, haciendo todo más lento, para que no le sucediera lo del debut con Ecuador.
Cerca del epílogo, en los 87′, el zaguero Da Mata, proyectado en ataque, convirtió el tercer gol brasileño con un remate cruzado. La sentencia.
El calendario es altamente exigente para Chile, luego de quedar libre en la primera jornada. Pasó el debut y ahora le restan tres partidos desde el lunes hasta el próximo viernes. El desafío venidero será ante Uruguay. Luego, el miércoles 5, enfrentará a Colombia. Cerrará la fase grupal ante el anfitrión, en viernes santo. Los tres primeros de cada grupo acceden al hexagonal final del Sudamericano.