El arribo de Marcelo Bielsa al Leeds, uno de los equipos con más tradición de Inglaterra, causó controversia. El argentino llegaba con el fracaso en el Lille a cuestas, además de su nulo entendimiento del inglés. No obstante, su trabajo metódico y lo conseguido con Chile y el Athletic de Bilbao, además de su estilo de juego frontal, terminaron siendo más que suficiente para encargarse del club de Yorkshire.
Precisamente el juego de ataque del que disfruta Bielsa fue el que causó sus primeros problemas con el equipo. Para implementarlo, el técnico rosarino requiere gran capacidad física de sus jugadores. Un plan de entrenamiento intenso en la pretemporada era necesario. Y sus jugadores lo sufrieron.
"En el verano no hubo partidos. Solo eran tácticas, tácticas, tácticas y entrenamiento físico", reveló Mateusz Klich, mediocampista del Leeds y pieza clave en el esquema del argentino. "Fue un período difícil. Corrimos mucho, entrenamos en el gimnasio y luego táctica", agregó.
Klich aseguró que varios jugadores se quejaron del método de Bielsa. "Entrenamos más duro que nunca", confesó. No obstante, poco a poco se dieron cuenta que era lo mejor para ellos. Que el esfuerzo los estaba volviendo más fuertes. Que estaban mejorando como jugadores.
"Estábamos exhaustos, pero respetamos a nuestro entrenador y rápidamente entendimos lo que intentaba lograr. Fue duro, pero lo disfrutamos", indica.
Ahora el Leeds está a solo tres puntos del liderato, que asegura un ascenso directo a la Premier League. Bielsa, por su parte, se ha convertido en un ícono de la ciudad, un personaje amado en el que están depositadas todas las esperanzas del ansiado retorno. Los números respaldan la ilusión; el juego, también.