Ecuador se atrinchera por el caso Byron Castillo: “Estamos esperando la respuesta de la FIFA; lo demás es solo show”

Chile y Ecuador esperan por lo mismo. Del pronunciamiento de la Cámara de Apelaciones de la FIFA dependerá la forma en que ambas federaciones afrontarán la fase final de la controversia por la validez de la participación de Byron Castillo en las recientes Eliminatorias. La postura de la federación que preside Pablo Milad sigue siendo la misma: que el actual defensor del León de México fue incluido irregularmente y que, por lo tanto, el combinado del Guayas debe ser excluido del Mundial de Qatar, que comienza en nombre. En la mitad del mundo piensan al revés y tienen un punto a favor: el Comité Disciplinario del organismo que rige al fútbol mundial ya les dio la razón en el dictamen de primera instancia. Igualmente, todo se resolverá en la tercera, externa al balompié, pero con jurisdicción sobre la actividad: el Tribunal de Arbitraje Deportivo, TAS.

En Chile, la ofensiva continúa. Hace algunos días, de hecho, Jorge Yungue, vicepresidente del ente rector del fútbol chileno, descargó artillería pesada. “Estamos completamente seguros de las conclusiones de nuestras investigaciones. Es absolutamente claro que el jugador utiliza un documento ecuatoriano adulterado”, disparó el ex timonel de Rangers, en el marco del lanzamiento oficial de la postulación conjunta con Uruguay, Argentina y Paraguay a la organización del Mundial de 2030. “Lo que está en juego aquí no es solo un lugar en la Copa del Mundo 2022, sino todo el principio del juego limpio”, añadió, respecto de la resolución de la disyuntiva.

En la federación ecuatoriana toman distancia. A sabiendas del primer pronunciamiento de la entidad que preside Gianni Infantino, evitan el desgaste y remiten todo a lo que pueda resolverse en las oficinas ubicadas en Suiza. “Realmente no es un tema que siga con detalle. Cuando la FIFA se pronuncie lo veremos. Todo lo demás no tiene valor”, responde a El Deportivo, vicepresidente de la federación ecuatoriana, en una postura más abierta que la del timonel Francisco Egas, quien fue más tajante. “Ningún comentario. Saludos”, contestó.

“Cuando esto termine cada parte hará su evaluación”, insiste Manzur, quien evita en todo momento confrontar directamente los dichos de Yungue.

El directivo también descarta ahondar respecto del estado de las relaciones entre ambas federaciones. “Supongo que en las reuniones de CONMEBOL, entre presidentes, compartirán las sesiones. Pero no tengo información al respecto”, se excusa.

Lo que sí repite con total convicción es una postura que ha mantenido desde que explotó el caso. “Realmente sólo estamos esperando las respuestas de FIFA. Todo lo demás, tal como cuando comenzó, es solo show”, concluye.

Ambos países se aferran a sus posibilidades jurídicas. Ecuador, ciertamente, defiende lo que consiguió en la cancha: el cuarto puesto en las Eliminatorias sudamericanas y el consiguiente pasaje a la cita que se realizará en Asia. Chile, que en el recálculo de las unidades que Ecuador perdería por la participación indebida de Castillo, debería ocupar precisamente esa plaza.

En el dictamen de la primera instancia de la FIFA, al menos, la conclusión fue clara: el organismo validó el criterio de las autoridades ecuatorianas para considerar a Castillo como ciudadano de ese país y, por ende, para considerarlo elegible en el plano deportivo, junto con desacreditar las razones expuestas por Chile. Esa razón explica, en alguna medida, el cambio de enfoque en la ofensiva nacional, graficado en las palabras de Yungue. Esa es la nueva apuesta del equipo jurídico que encabeza el abogado brasileño Eduardo Carlezzo, quien seguirá liderando las gestiones incluso hasta que el caso llegue al TAS.