Ederson imita el “chororó” de Jorge Valdivia e irrita al Arsenal

El Manchester City venció al Arsenal y se quedó con un duelo decisivo en la lucha por quedarse con el título de la Premier League. Al equipo de Josep Guardiola aún le faltan dos puntos para darle alcance a la escuadra londinense, pero tiene dos encuentros menos y entra en una etapa en que habitualmente, demuestra todo su poderío. La Zona City, como le llaman incluso a nivel de la prensa especializada.

Los Ciudadanos tuvieron varios motivos para celebrar. Uno de ellos tiene vinculación con Chile, pues el noruego Erling Haaland alcanzó una marca del nacional Jorge Robledo como el máximo anotador no británico en la máxima competencia del fútbol isleño y aún tiene bastante margen para superarla. El otro, naturalmente, es la demostración de poderío sobre el equipo de Mikel Arteta, que claramente deja a los últimos con una inmensa presión encima.

Como en todo duelo decisivo, hubo polémica y, luego, burlas. La últimas corrieron por cuenta del arquero de City, Ederson. Terminado el duelo, frente a los hinchas visitantes, el guardameta se llevó las manos a los ojos, fingiendo llorar. La maniobra es la que Jorge Valdivia popularizó en su paso por el Palmeiras: el llamado chororó. El Mago, por cierto, también la realizó en partidos importantes para el Verdao, como en un clásico frente al Corinthians, en uno de los enfrentamientos más tradicionales de Sao Paulo, en 2008.

Los fanáticos del City no tardaron en tomar el ejemplo y en unirse a la particular celebración, dándoles la cara a los fanáticos del equipo londinenses, quien sentían una natural y real decepción.

En la isla, en todo caso, la acción de Ederson causó repudio. Sobre todo de parte de los hinchas del equipo vencido, que no lograban explicarse la reacción del guardameta.

El guardameta, con seguridad, se llevará un tirón de orejas de parte de Guardiola, quien incluso después del 1-0, que anotó Kevin de Bruyne, le reprochó, aunque por una acción propia del juego: demorar la salida de su escuadra y no entregar adecuadamente un pase. Esa imagen también generó un alto grado de atención.

La acción del estratega da cuenta de su permanente intención de que cada movimiento de su equipo roce la perfección. De todas formas, Ederson se lo tomó de buena manera y se transformó en una buena victoria de la trascendente victoria. Aunque en el final echara por tierra parte de la buena imagen que cosechó en los casi noventa minutos anteriores.