A veces, el fútbol es predecible. Y este domingo en Lyon, lo fue de manera casi absoluta: el favorito Estados Unidos venció 2-0 a Holanda en la final de la Copa del Mundo de fútbol femenino, con lo que sumó su cuarta corona.
Y los pronósticos ya parecían cumplirse durante el primer tiempo, cuando las dirigidas de Jill Ellis exigían al máximo a la arquera Sari van Veenendaal, fundamentalmente con las incursiones de Megan Rapinoe por el costado izquierdo que terminaban en centros que descomponían la zaga naranja, además del peligro latente de Alex Morgan o las llegadas frontales de la volante Jill Ertz. De esta manera, la portera del Arsenal respondió siempre con presteza.
Quizás, las dificultades de las campeonas de Europa aumentaban debido a su propia disposición, con casi todas sus jugadoras en propio campo, librando toda esperanza de ataque a la velocidad y la potencia de la joven Lineth Beerensteyn, pues sus nominales compañeras de ataque, Lieke Martens y Vivianne Miedema, estaban mucho más preocupadas de apoyar los esfuerzos en el mediocampo.
Curiosamente, luego de ver tan apremiado su arco, las neerlandesas tuvieron un par de ocasiones sobre el cierre de la etapa, gracias a los arranques de Beerensteyn y las primeras apariciones de Miedema en funciones netamente ofensivas.
El asunto estaba bastante complicado hasta una absurda falta de la central Stefanie van der Gragt sobre Morgan, acción sancionada por aviso del VAR a la jueza francesa Stéphanie Frappart. Y, como ha sucedido siempre, fue Rapinoe quien se encargó de definir con mucho oficio. Apenas nueve minutos después, Rose Lavelle comenzaba a cerrar la historia, pese a que restaban 20 minutos de juego, ya que el desarrollo del partido solo permitía abrigar mínimas ilusiones a las Leeuwinnen. Los tantos, además, obligaron a Holanda a buscar más ataque y, casi consecuentemente, dejar más espacios en su defensa, lo que facilitó todavía más la tarea de las norteamericanas, quienes no pudieron aumentar la cuenta por impericia o por nuevas intervenciones de Veenendaal.
Así, Estados Unidos agregó Francia 2019 a sus coronas de China 1991 y Canadá 2015, además de la conseguida en casa propia en 1999. Lo hace, además. anotando 26 goles (13 de ellos a Tailandia), lo que significa una nueva plusmarca en mundiales.
Holanda, en tanto, se retira con la satisfacción de haber alcanzado la final apenas en su segunda participación mundialista. De paso, comparte la maldición de sus compatriotas varones, quienes ha disputado tres finales de la Copa del Mundo sin conocer la victoria.
La ficha
Estados Unidos 2: A. Naeher; K. O'Hara (46', A. Krieger), A. Dahlkemper, B. Sauerbrunn, C. Dunn; R. Lavelle, J. Ertz, S. Mewis; T. Heath (87', C. Lloyd), A. Morgan, M. Rapinoe (79', C, Press). DT: J. Ellis.
Holanda 0: S. van Veenendaal; D. van Lunteren, A. Dekker (73', S. van de Sanden), S. van der Gragt, D. Bloodworth; J. Groenen, D. van de Donk, S. Spitse; L. Beerensteyn, V. Miedema, L. Martens (70', J. Roord). DT: S. Wiegman.
Gol: 1-0, 60', Rapinoe, con penal por falta de Van der Gragt sobre Morgan, 2-0, 69', Lavelle, en gran acción individual con zurdazo cruzado.
Árbitro: S. Frappart (FRA). Amonestó a Sauerbrunn (EE.UU.); Spitse y Van der Gragt (HOL).
Estadio: Décines-Charpieu, de Lyon. Asistieron 57.900 personas.