Julio Bascuñán cumplió rápidamente el trámite inmediatamente posterior al encuentro entre Universidad de Chile y Universidad Católica. Desde el mismo Estadio Nacional, donde se disputó el encuentro, el juez del clásico universitario envió el informe relativo al encuentro. No debe haber demorado demasiado. Y no por la conectividad, sino por lo breve de la referencia que el Tribunal de Disciplina suele considerar como un elemento esencial a la hora de iniciar alguna investigación derivada del desarrollo de los encuentros. En una línea y media, el árbitro FIFA entregó su única referencia a los graves incidentes que ocurrieron en el campo de juego del principal coliseo deportivo del país.
Es tan exiguo el informe que ni siquiera quita demasiado tiempo volver a reproducirlo o a leerlo. “Al término del partido, un grupo indeterminado de hinchas entran al campo de juego teniendo que ser, jugadores como cuerpo arbitral, escoltados por guardias de seguridad”, consigna Bascuñán, sin siquiera entrar en detalles que podían servir de respaldo para las indagatorias del órgano sancionador del fútbol chileno. Pormenores que, por cierto, estaban a la vista de cualquiera de los asistentes al recinto deportivo y de quienes siguieron las acciones a través de la televisión. No hubo, por ejemplo, mención alguna a las agresiones que sufrieron los jugadores de ambos equipos mientras ingresaban al túnel que los encaminaría a los vestuarios.
El directorio de la ANFP, de hecho, las consideró e ingresó una denuncia en contra de la U, como organizador del espectáculo. Por esa razón, el club universitario deberá entregar explicaciones y se expone, eventualmente, a castigos a la localía y a multas. Sin embargo, la situación se transformará en un precedente para una medida concreta: la ANFP instruirá a la Comisión de Árbitros para que se establezcan cambios en el procedimiento de ingreso del respectivo informe al Comet, la plataforma que se dispone para tal efecto.
Una herencia de Castrilli
La celeridad con que actuó Bascuñán, mas no la economía en la que incurrió al referirse a los incidentes, es una de las herencias del paso de Javier Castrilli por la testera de la instancia que rige a los jueces. Fue el transandino quien les exigió que los antecedentes relativos a cada encuentro fueran ingresados a la brevedad posible al sistema automatizado. Para ponerlo en perspectiva, antes de la entrada en funcionamiento del Comet, los árbitros podían redactar los informes en sus respectivos domicilios y tenían hasta el mediodía hábil siguiente para entregarlos. Ese plazo les permitía contar con un razonable margen de tiempo para ingresar los antecedentes que reunieran a través de los medios de comunicación y de otras vías. “Para informar cosas que no habíamos visto, pero que respaldaban las imágenes. Era inevitable informarlo”, sostiene un árbitro que ejerce actualmente en el balompié nacional.
Con la puesta en vigencia del Comet, que en la gestión de Enrique Osses había resultado algo traumático, lo que obligó a retroceder transitoriamente en su uso, llegaron los cambios. “Cambió la metodología: debemos hacer el informe una vez que termina el partido. El equipo local nos otorga un computador. Tenemos ese lapso para subirlo al sistema. Puede ser en una sala neutra. No hay una norma que diga háganlo al tiro, pero si nos facilitan el equipo, uno deduce que debe hacerlo inmediatamente. Con Castrilli se acordó que si había computador había que hacerlo ahí”, explica el mismo juez quien, naturalmente, pide reserva de identidad a El Deportivo. Los árbitros pueden apoyarse incluso en los comisarios designados para cada encuentro, con la finalidad de profundizar las entregas que realizan. Bascuñán ni siquiera tomó en cuenta esa posibilidad. “Él nos puede advertir de que pasaron cosas”, grafica el mismo réferi.
Ese es, precisamente, el procedimiento que en la ANFP pretenden modificar. La petición será traspasada a Patricio Basualto, Jorge Díaz y Juan Reyes, quienes tienen a su cargo la Comisión desde que Castrilli fue despedido.
De cualquier forma, sobre todo ante la denuncia que ingresó el directorio que preside Pablo Milad, al Tribunal de Disciplina le queda una prerrogativa: puede pedirle a la Comisión un anexo del informe, con antecedentes más detallados de la situación que está investigando. Y necesariamente, esa solicitud le llegará al árbitro en cuestión. Es decir, Bascuñán puede ser conminado a complementar la escasa información que entregó en primera instancia.