Manuel Neuer: Recupera su sitial como el mejor arquero del mundo; un lugar que perdió solo tras una dura lesión sufrida antes del Mundial de Rusia 2018. Aparecieron otros como Oblak, Courtois, o su compatriota y rival Ter Stegen, pero Neuer supo sobreponerse y alzarse nuevamente como superior a todos. Ante el PSG, el arquero alemán tapó dos ocasiones claras de gol. La más importante: un mano a mano a Neymar en la primera parte.

Joshua Kimmich: Digno sucesor de Phillip Lahm, Kimmich es el talismán de la banda derecha del Bayern Múnich. Comenzó el campeonato como mediocampista, pero tras la lesión de Pavard volvió a su ubicación habitual, donde brilla sin problemas. Dio la asistencia —otra más dentro de tantas— para el gol del triunfo, en una jugada que ya tiene patentada: centro pasado desde la derecha hacia cabeza de un compañero.

Presnel Kimpembe: El joven central francés del PSG cumplió en su primera final de Champions League. Ágil en el quite y en la salida, en ocasiones puso en riesgo su zaga por exceso de confianza. Salió airoso en su lucha contra Lewandoski, ayudado siempre por el capitán Thiago Silva.

Thiago Alcántara: Lo más probable es que haya sido su último partido con la camiseta del Bayern Múnich, Thiago Alcántara hizo que lo valiera. Mucho más retrasado que de costumbre en el esquema de Flick, Alcántara se convirtió en el enlace entre la defensa y el ataque del cuadro bávaro. Manejó los espacios en el mediocampo, distribuyó y calculó los tiempos. El mejor del partido en el ecuador de la cancha.

Kingsley Coman: El Francés del Bayern. El gestor de la sexta del Múnich. Suplente la mayor parte del campeonato, Flick apostó por su titularidad para esta final por su capacidad de retroceso y rapidez en ataque. Fue en una de esas intromisiones donde consiguió conectar un cabezazo tras centro de Kimmich para anotar el gol de la victoria. Salió poco minutos después, con su nombre ya en la historia.

Ángel Di María: Tuvo en sus pies la apertura de la cuenta en el primer tiempo, pero la mandó a las nubes de manera impensada. Estuvo movedizo por la derecha, aunque no influyó tanto en el juego como lo hizo en la semifinal, frente al Leipzig. El gol desperdiciado le pesará.

Serge Gnabry: No fue el mejor partido de la joven estrella del Bayern. Su fabuloso desempeño en la semifinal no pudo repetirse en el último partido, donde fue controlado de manera excelente por Juan Bernat. Tuvo poco la pelota, no generó ocasiones de peligro, y se enfrascó en una discusión con Paredes tras una patada a Neymar. Fue amonestado y sustituido a los 65′.

Robert Lewandoski: El delantero absoluto, aunque en los últimos partidos dejó el protagonismo para descansar en la extensa plantilla con la que cuenta el Bayern. Goleador del torneo con 15 tantos, el polaco fue la estrella del Bayern durante toda la competición. Gestor de las avasalladoras goleadas en primera fase, en la ronda final se preocupó más de abrir espacios y asistir a sus compañeros que de anotar. Un cambio de enfoque que funcionó a la perfección.

Kylian Mbappé: En algunos momento se le notó con demasiada desidia frente al arco. Abúlico, no parecía explosivo con la pelota en los pies. Sus arremetidas fueron pocas y no alcanzaron a inquietar a la defensa bávara. Solo completó un remate a puerta y apenas un regate.

Neymar: El caudillo de este PSG, era el llamado a echarse al hombro al equipo tal como lo hace en su selección. Sin embargo, el brasileño se vio ausente al comienzo del partido y su nombre solo relució cuando Neuer le evitó un gol claro tras un mano a mano. Poca conducción de pelota, poca magia. Neymar sucumbió ante la presión incesante del Bayern. En el segundo tiempo buscó sacar ventaja exagerando golpes, pero lo máximo que logró fue una amarilla para Gnabry.