Marco Oneto ha sido desde hace casi 20 años el principal exponente en el extranjero del balonmano chileno. A los 17 años se fue a España a probar suerte y completó 19 años en el Viejo Mundo, una historia que llega ahora a su fin: a los 35 años, el viñamarino decidió dejar atrás el profesionalismo y Europa, para radicarse en Chile.

De acuerdo a los planes del jugador, no defenderá a más equipos europeos. Pero eso no quiere decir que renuncie también a la Selección, su idea es seguir jugando por Chile y apoyar el balonmano desde otros sitiales.

"Junto a mi familia hemos decidido radicarnos definitivamente en Chile, Acá voy a centrarme en trabajar con la Selección, afrontar los nuevos dos torneos que vienen y, sobre todo, trabajar en los proyectos futuros, tanto de mi empresa como de mi fundación", señala Oneto en su despedida.

El combinado nacional masculino debe enfrentar este año los Juegos Odesur en Cochabamba, en mayo, y el Panamericano en Groenlandia, en junio. "Mi meta es estar recuperado para jugar ambos torneos", comenta.

Los otros desafíos del jugador son relacionados a su fundación, encargada de llevar jugadores jóvenes a Europa, proyecto que no se detendrá con su regreso a Con Con, donde residirá.

"La selección es el equipo que realmente me ha apasionado durante toda mi vida deportivo y poder retirarme con ellos, es el ideal que estoy persiguiendo ahora", agrega el pivot.

Aunque el balonmanista no detalla el motivo principal de la decisión ("es familiar", señala), el mal último año en el Albatro Siracusa italiano fue un gatillante importante. "Creo que es la decisión correcta. No era lo que quería, aunque sabía que el retiro iba a llegar algún día, pero de todas maneras me alegro que se haya terminado en especial una última etapa en Italia que no fue nada agradable, poco recomendable, sobre todo. Pero es un tema que ha terminado", relata.

Oneto llegó al Barcelona junior en 1999, desde donde pasó al equipo B. Entre 2002 y 2009 defendió a equipos españoles, pero su época de oro la vivió en el Barcelona, elenco al que volvió entre 2009 y 2012, donde ganó la Liga de Campeones de Europa, en 2011, además de otros 11 títulos. Luego jugó por el poderoso Veszprem húngaro (una liga y una copa) y tras eso, en Alemania, en Magdeburgo y Minden; Polonia, en Wisla Plock; Sporting de Portugal y finalmente Albatro Siracusa.

Como seleccionado sumó tres bronces panamericanos y dos sudamericanos, además de la participación en dos mundiales: Suecia 2011 y Qatar 2015.