La paupérrima campaña de la reciente temporada que llevó a Colo Colo a jugar por primera vez en sus casi 96 años un partido por mantener la categoría genera incertidumbre para la mayoría de la mesa de Blanco y Negro. Sin embargo, Aníbal Mosa se resiste a cambios en la mesa, pese a que la mayoría del directorio considera que carece de autocrítica.

“Creo que si hay alguien que me quiera pedir la renuncia, debe acercarse a mí y decirme a mí, pero lo encuentro sin sentido, ya que en los momentos difíciles siempre estuve ahí y di la cara. Nadie me ha pedido la presidencia, ni formal ni informalmente. Sigo siendo presidente y me mantendré así hasta que la junta de accionistas diga lo contrario. Me he mantenido al frente de la institución en los momentos más difíciles. Tampoco estoy pensando en renunciar”, fue la respuesta del timonel al ser consultado ayer por su continuidad.

Más allá de la voluntad de Mosa, lo concreto es que comienza a perder apoyos al interior del conglomerado. De hecho, en la reunión de directorio de ayer, se aprobó una reunión extraordinaria para el 2 de marzo, a las 14.00, para analizar las responsabilidades e intentar generar cambios en la mesa directiva. La cita fue impulsada por el bloque opositor (Alfredo Stöhwing, Carlos Cortés, Diego González y Ángel Maulén) y apoyada por el Club Social (Edmundo Valladares y José Miguel Sanhueza), lo que dejó desencajado al actual timonel del Cacique.

“Se tiene que hacer una autocrítica profunda. El sistema de administración de la institución, creemos, no da para más, creemos que no se sostiene. Colo Colo merece mucho más y para ello hay que cambiar todo lo que se está haciendo. Pensamos que tiene que venir una refundación completa y en ese sentido el Club Social está a completa disposición para tener un rol preponderante”, declaró Valladares a ESPN, tras las angustiosa victoria en Talca.

Mosa, sin embargo, se desliga de las responsabilidad y así lo manifestó ayer, mostrando un papel cuidadadósamente preparado con las 10 determinaciones más importantes de la temporada. “Entiendo que se me quiera colocar como la persona que echó a perder esto o que llevó esta situación a lugares que no queríamos, pero para ser justos, hay que revisar las decisiones que se han tomado este año, y las más importantes han sido unánimente. Culparme a mí por todos los errores de esta institución lo encuentro francamente injusto”, argumentó, cuando se le consultó si estaba dispuesto a dejar la presidencia en caso de que los demás directores también pusieran su cargo a disposición. Eso sí, obvió otras determinaciones que marcaron la agenda en el Monumental durante 2020, como el caso Zaldivia, el bono por no descender o la designación de Harold Mayne-Nicholls como asesor de la inmobiliaria Estadio Colo Colo. Cargo remunerado que asumió después de que en el directorio de la SA se le quitara su salario.

Asimismo, Mosa acusó a parte del directorio de “querer evadir responsabilidades”. Los aludidos, en voz baja, justifican que el presidente muchas veces les pidió unanimidad para “demostrar unidad”.

Sabida la postura del puertomontino, el primer camino que se abre para la cita de marzo es que se le pida la renuncia en esa instancia, lo que sería llevado a votación. En ese caso, con mayoría simple se podría concretar la salida del timonel y se votaría un reordenamiento en la mesa con los mismos miembros, aunque en distintas funciones. Es decir, esto no significa que Mosa renuncie al directorio. En ese caso, la oposición necesitará del voto del CSyD para concretarlo. Si esta situación se llega a producir, una de las ideas que más fuerza toma es generar un directorio transitorio hasta la Junta de Accionistas de fines de abril, con alguno de los representantes de la corporación a la cabeza, para descomprimir el ambiente.

De todos modos, para la Junta crece la intención de establecer una mesa de consenso, liderada por alguien que no genere los anticuerpos de los bloques oficialista y opositor. En ese entendido, el que genera mayores adhesiones es Daniel Morón, quien fue director de la concesionaria, en representación del CSyD, y que actualmente encabeza la inmobiliaria Estadio Colo Colo, por designación de Aníbal Mosa. Además, el arquero campeón de América guarda una excelente relación con el vialismo, por lo que no habría obstáculos para su nominación.

El exportero ha sido de los que más cerca ha estado en las últimas semanas, viajando a todos los partidos que el equipo disputó en el último torneo. Su conocimiento de todas las instancias del club le da una ventaja para asumir el desafío. Y, asimismo, es sabido que es una persona que dice lo que piensa y eso le da mayor autonomía para enfrentar posibles situaciones que se generen en la institución.

Como ha sido la tónica siempre, los dos votos de la Corporación serán el máximo tesoro, tanto en marzo como en abril. Es ahí donde se desnivela la lucha de poder entre los dos bloques que controlan a Colo Colo. En sus dos períodos al mando de la concesionaria, Mosa siempre contó con el apoyo incondicional del CSyD, pero en el último tiempo eso cambió. De hecho, así se rechazó el bono por no descender que propuso el presidente, que solo recibió los votos del mismo Mosa, Mayne-Nicholls y Alejandro Ascuí. Ahora el club social está decidido a impulsar una renovación en el directorio, por eso aprobó la moción del bloque opositor, contra los deseos del timonel.