Justo cuando Lionel Messi lo empieza a pasar en Francia, donde incluso fue pifiado el último fin de semana, en el duelo entre el PSG y el Lyon, desde Arabia Saudita surge un auténtico salvavidas. El Al Hilal quiere llevárselo cueste lo que cueste y la expresión pocas veces fue tan literal: el club asiático le puso sobre la mesa una estratosférica cifra para llevárselo. Según la prensa europea, hay 400 millones de dólares por año, en un contrato de dos temporadas para que La Pulga cambie de aires y ayude a desarrollar el pujante mercado de una liga asociada eminentemente a los petrodólares.

Para hacerse una idea de la magnitud de la inversión, basta decir que Al Nassr convenció a Cristiano Ronaldo con exactamente la mitad del dinero que percibiría Messi: la nada despreciable suma de 200 millones de dólares por temporada.

A esas cantidades de dinero hay que sumarles las múltiples regalías y lujos que van asociados a la presencia de grandes estrellas, como el transandino y el portugués.

No, por ahora

Messi no está convencido de dar el paso. Al menos, por ahora. Si bien estaba negociando la renovación de su contrato con el PSG, el escenario que vivió el fin de semana, inédito para su carrera, al menos a nivel de clubes, puede hacerle variar de planes.

Eso sí, el razonamiento va más en otro sentido: el potencial retorno del campeón del mundo al Barcelona, el club en el que se cansó de acumular títulos y distinciones individuales.

El entorno de Messi ha dado pistas de que el delantero pretende continuar al menos por una temporada más en el más alto nivel competitivo. Luego de eso, podría abrirse a explorar mercados emergentes. En algún momento, por ejemplo, le llamó la atención la MLS estadounidense.

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