Ñublense visitará esta noche a Flamengo, en Río de Janeiro. Los chillanejos jugarán, probablemente, uno de los partidos más importantes de su historia institucional, pero en la ciudad, más que entusiasmo, sigue imperando la molestia. Los Diablos Rojos no pudieron recibir en el Nelson Oyarzún a Racing, en el debut como anfitriones en la Copa Libertadores. El duelo se jugó en el Ester Roa Rebolledo, de Concepción. Hasta ahora, tampoco podrán esperar al Aucas, de Ecuador, en el segundo duelo como dueños de casa.
La indignación la encabeza el alcalde Camilo Benavente. La municipalidad es la propietaria del recinto, que fue cuestionado por la Conmebol por el estado que presentaba el campo de juego durante la primera inspección. Ahora, asegura, las condiciones han cambiado. Sin embargo, ni eso conmueve a las autoridades del fútbol sudamericano. El edil reparte dardos hacia Luque, pero también hacia la concesionaria del club, que preside Sergio Gioino.
Palos para todos
“Quiero plantear nuestro profundo malestar y la injusticia que se ha cometido con una ciudad que ha estado en las malas con un club por cerca de 100 años, y que en los momentos buenos una sociedad anónima nos pase a llevar. Aquí los hechos son claros. Cuando nuestro estadio no cumplió con los requisitos para el primer partido de la Conmebol, dijimos lo vamos a mejorar. Y cumplimos. Hicimos todos los esfuerzos y sacamos adelante el estadio, que quedó en excelentes condiciones”, expresa la autoridad, dando evidentes muestras de su malestar.
El fin de semana, luego de una nueva revisión, la Conmebol emanó un nuevo informe negativo. Al edil, la situación le causa extrañeza. “En reunión al mediodía, tras finalizar la inspección, me dijo que iba a enviar un informe positivo para que el partido se pudiese realizar. Habían varios testigos, incluso el representante de la ANFP y del mismo club”, puntualiza.
En ese contexto, Benavente apunta como responsables a los integrantes de la empresa que maneja el club. “Nos sentimos profundamente pasados a llevar en un proceso que ha estado muy ausente la sociedad anónima de Ñublense, que no ha tomado el liderazgo como corresponde, con decisiones tibias de principio a fin. Creemos que hay responsabilidades de la sociedad anónima. Tenemos antecedentes que cada vez que hemos requerido el apoyo del club, no han estado a la altura. Nosotros hemos sido quienes lideramos todas las solicitudes a Asunción”, acusa.
Incluso sostiene que la decisión tiene un carácter económico. “El club hoy en día no está en manos de los chillanejos, las decisiones pasan por una sociedad anónima que tiene un afán y un giro economicista. Ya no nos quedan muchas acciones que hacer y es lamentable que la comunidad tenga que ir a ver a su club a otra localidad. A mi el veedor de la Conmebol me dijo que cuando un club se pone firme para hacer valer su localía, generalmente juegan ahí. Es el local el que determina”, remata.