Octavio Rivero dejó el Santos Laguna. Quedó libre después de su paso por el fútbol azteca y busca trabajo. Y, en ese proceso, envía señales. Contradictorias, ciertamente. Coquetea con Colo Colo, en el que militó entre 2016 y 2018, marcando 23 goles en 62 partidos, pero también lo hace con Nacional, la escuadra a la que defendió en 2019, justo antes de partir a México. Allí celebró cinco goles en 14 encuentros.
Rivero se deja querer dependiendo de quien lo llame. A la radio ADN, por ejemplo, le deja entrever su deseo de volver a Colo Colo, una idea que coincide con la que han manifestado los fanáticos del equipo popular a través de las plataformas sociales. “Me encantaría un día volver. Fue un sueño jugar ahí, lograr las cosas que logré, que la gente me quiera mucho. Ojalá que algún día pueda ser. Ahí seré el hombre más feliz”.
En su paso por el Cacique, el delantero celebró el título del Transición 2017, la Copa Chile de 2016 y las Supercopa de 2017 y 2018.
El detalle es que, con apenas horas de distancia, el ariete cambió el discurso. O en rigor, el sustantivo del discurso. “Creo cien por ciento que el tema físico me jugó una mala pasada en Nacional. No llegué en mi peso ideal y eso afectó mucho mi rendimiento. Me gustaría volver”, declaró en Sport 890, en Uruguay.