
El amor eterno de Marcelo Barticciotto y Colo Colo: “No pensaba involucrarme tanto o que un club representara tanto para mí”
El 7 del campeón de América tiene un lugar reservado entre lo más selecto de la historia alba. Con genuina emoción, repasa un rol que trasciende con largueza sus méritos futbolísticos.

Marcelo Barticciotto (58) es uno más de los colocolinos que tendrá que conformarse con conmemorar el centenario del club. Pensaba celebrarlo y asistir a las actividades oficiales, pero la tragedia en que se transformó el partido ante Fortaleza echó por tierra los planes. La situación lo puso en un plano complejo. En su rol de comentarista, tuvo que seguir al aire mientras se conocía el fatal desenlace. También tuvo que comentar el desbande que se produjo en pleno segundo tiempo. “Es triste. Por todo lo que ha pasado. Me hubiese manifestado igual, pero de otra forma, no rompiendo mi estadio. Ahí se demoraron varios estamentos en dar la información certera y en suspender el partido. Fue a las 18.20 horas y la información llegó después”, sostiene a El Deportivo respecto de la grave situación.
El 7 del equipo que en 1991 consiguió la Copa Libertadores repara en el efecto en una fecha tan simbólica. “Empaña. Ya lo empañó. Por respeto a la familia y a estos dos chicos, no hay ánimo de festejar nada. Lamentablemente, estamos en los 100 años. Había varias actividades. A esta gente que rompe su estadio cuesta entenderla, por qué lo hacen. Está bien. Había malestar en la gente, pero hay formas de manifestarse. Se pudieron subir a la reja, con cánticos, hacerse sentir como para que los jugadores se enteraran de lo que había pasado. Llegar al límite de romper tu casa no tiene razonamiento, no se le encuentra la explicación. Lamentablemente, son los propios hinchas. Y no sé si llamarlos así, porque la mayoría de la gente se porta bien. Son un grupo de gente que no piensa”, sentencia.
Su trascendencia histórica lo pone a repasar sus vivencias en el club. Tantas y tan gloriosas que es considerado uno de los futbolistas más trascendentes en los 100 años del Cacique. “Es difícil describirlo con palabras, porque significa mucho, algo que quizás no lo esperaba. No pensaba involucrarme tanto o que un club representara tanto para mí. Porque uno quiere a los clubes en los que juegue. A todos los que he defendido, los quiero mucho, pero lo que me pasó acá, por las cosas vividas, por cómo me trataron, por mis compañeros, porque Colo Colo tiene algo especial, que quizás no lo tienen lo demás clubes, lo hace distinto”, intenta resumir, en el inicio del diálogo con El Deportivo.
El amor eterno de Marcelo Barticciotto y Colo Colo: “No pensaba involucrarme tanto o que un club representara tanto para mi”
“Es difícil describirlo con palabras, porque significa mucho, algo que quizás no lo esperaba. No pensaba involucrarme tanto o que un club representara tanto para mí. Porque uno quiere a los clubes en los que juegue. A todos los que he defendido, los quiero mucho, pero lo que me pasó acá, por las cosas vividas, por cómo me trataron, por mis compañeros, porque Colo Colo tiene algo especial, que quizás no lo tienen lo demás clubes, lo hace distinto”, intenta resumir, en el inicio del diálogo con El Deportivo.
Cuando llegó lo hizo en una condición distinta. Como una promesa. Lo que vino es inimaginable. Todo fue creciendo y, en alguna medida, positivamente, descontrolando.
Sí. Fueron pasando cosas que, en definitiva, me marcaron y marcaron a la gente. A veces hay que estar en el lugar indicado y tener un poquito de suerte también, pero me fui identificando mucho y la gente también conmigo
Hay gente que lo pone a la altura de los máximos ídolos históricos de Colo Colo. Junto con David Arellano, Carlos Caszely y Chamaco Valdés. En cualquier orden.
Mucho no me lo creo. Pero, bueno, es lo que más agradezco y más valoro de mi carrera. Estuve mucho tiempo en el club. Pasé por períodos buenos, muy buenos, malos. Y viví situaciones específicas que la gente agradece mucho. Tengo el corazón lleno del afecto y del cariño. Hasta el día de hoy.
Marcó el primer gol en el Monumental, por ejemplo.
Por eso te digo que aparecí en situaciones específicas que la gente recuerda mucho. Tienes que estar tocado, también, por una varita. Yo siempre digo que hay jugadores que están tocados por una varita porque aparecen en situaciones que quizás otros no lo hacen y eso los deja en el corazón de la gente.
Dos años después le toca ser campeón de América, un logro que, por todo lo anterior, debe tener para usted un espacio distinto.
Sí. Sobre todo porque fue con 24 años, muy joven. Yo soñaba con jugar la Copa Libertadores. La veía de chico y la encontraba súper lejana. Había que estar en un club campeón, porque antes clasificaban los campeones. Era como ir de a poco. Primero había que estar en un club grande, después salir campeón y encima, después, ganarla. Fue todo muy rápido. Me involucré mucho con el club. Me encariñé mucho con la camiseta. Me trataron súper bien. Colo Colo era una familia. Desde el plantel, el cuerpo técnico, los utileros, la gente que trabajaba en el estadio. Yo me sentí muy cómodo.
El gol triste y el líder
Al punto de que cuando tuvo que irse a un rival directo, como la UC, su condición de ídolo sobrevivió.
Sí. Fue otra situación puntual que pasó, también. Yo digo siempre que cuando las cosas salen de adentro, del alma, del corazón, la gente no es tonta y se da cuenta. Cuando es ficticio, cuando es superficial o cuando uno lo hace para quedar bien, se nota. La gente entendió que el día que no grité el gol, porque nunca me imaginé que le iba a hacer un gol a Colo Colo, y menos gritarlo. Entiendo a la gente de la Católica, porque no solo no grité el gol, sino que mi postura corporal fue muy triste. Hay jugadores que no gritan el gol, o que piden perdón y listo, se ponen contentos porque marcaron. A mí me pasó todo lo contrario.
Ahí se selló un vínculo eterno.
Sí. La gente me lo reconoce mucho. Y lo más importante es que sabe que me nació de adentro. A la gente de Católica también se lo explico y lo entendió también. Les hubiese gustado que un jugador que haya estado mucho tiempo en el club y le anotara, no le hubiese gritado el gol. Me parece que a cualquier hincha le hubiese gustado. Pero en ese momento, me parece, no lo entendieron de esa forma.

Es, también, el jugador extranjero más ganador de la historia. Y también fue campeón como técnico.
Sí. Y me hubiese gustado quedarme por mucho más tiempo, también, pero, bueno. En realidad, le agradezco a la vida. Soy súper agradecido de las cosas que me tocó vivir como jugador y técnico, más allá de las que pasaron. No lo dejo de agradecer.
En el camino, se ha convertido, además, en un defensor del legado del club. Sacó la cara por Colo Colo, por el club social y deportivo.
Sigo estando comprometido y, ahora, muy contento por Edmundo Valladares, por Pedro Ruminot, que son amigos, gente confiable y colocolinos de corazón. Quiero que les vaya bien y siempre estaré dispuesto a colaborar. Todos sabemos que soy de la idea de que Colo Colo tiene que ser de la gente y que estamos esperando ese día, también.
¿Cómo ve el momento actual de Colo Colo, a propósito de los vaivenes dirigenciales, que este mes hay elecciones en Blanco y Negro?
Otra vez se genera una incertidumbre y dudas respecto de qué va a pasar. Me parece que el club social está, otra vez, en condiciones de exigir cosas para su gente, para los hinchas. Hay que subir la cantidad de socios y, nuevamente, será el club el que incline la balanza para un lado o para el otro.
¿Se imagina a Valladares volviendo a encabezar Blanco y Negro?
No sé si él quiera. Con Edmundo hablamos siempre, pero de ese tema no hemos hablado. Para que eso suceda, los dos bloques tienen que tratar de ceder. Con el tema de los socios, de la gente. El mayor error de Blanco y Negro fue estar lejos de la gente, siempre. De darle pocos beneficios, de considerarla poco y de dejar que la gente, en gran parte de estos años en que han estado, vean el club desde una vitrina. Me parece que fue poco inteligente de parte de ellos.
¿Entre ellos, entre ambos bloques, deben ponerse de acuerdo de una buena vez, más en el año del centenario, dejar de pegarse codazos?
Va a ser difícil. Mientras ninguno de los dos ceda y, en definitiva, se pongan a pensar en el club más que en ellos, va a ser difícil. Yo tengo muy buena relación con Aníbal (Mosa). De la gente de Blanco y Negro fue el que más me acercó. O me trató de acercar al club. Siempre se preocupó de mí, de cómo estaba. Y me parece que, en ese sentido, el club tendrá que ver qué es lo que más le conviene. Sin duda que ser el presidente en el año del centenario no es menor.
¿Cómo está su relación con Blanco y Negro? Porque la gente interpretó que su ausencia en el lanzamiento de la camiseta pudo tener relación con eso.
Salí a aclararlo en X. Con Blanco y Negro no tengo relación. Tengo relación con Aníbal. Y ellos saben, hasta Aníbal sabe, que tengo diferencias y que no comparto muchas de las cosas que hicieron. Sobre todo, no tener cerca a la gente. No preocuparse por el socio, no trabajar en conjunto con el club social. Yo creo que ya es hora de que lo hagan.

“Me quedo con el reconocimiento de la gente”
¿Qué lugar ocupa Colo Colo en su vida?
Después de mis hijos y de mi familia, uno de los más importantes. Yo crecí con Colo Colo. Mis hijos crecieron con Colo Colo, en torno a todo lo que pasaba en Colo Colo. Incluso cuando dejé de jugar. Colo Colo es parte de mi vida, de mis mejores recuerdos. De mi formación como persona. Antes Colo Colo tenía todo eso. No sé si ahora lo sigue teniendo. La humildad, el respeto, la unión. No sé si perdieron esas cosas, pero antes Colo Colo las tenia.
Eso de los mejores recuerdos me evocó la carta de 1991, ¿dónde está?
No sé. Físicamente, no. Pero, bueno, toda la gente la tiene en el corazón. Yo, también. No sé donde quedó, en realidad. Hubiese sido lindo tenerla. Hay muchas cosas que no encuentro de ese momento. Como me cambié tantas veces de casa, no sé dónde quedó la camiseta o la medalla. Todo el mundo me pregunta. Las debo tener en algún lado. Las tengo que buscar bien, pero hasta el momento no las he encontrado.
Está claro el lugar que la gente le asigna en estos 100 años de historia de Colo Colo, usted, ¿dónde se pone?
Yo me pongo en un lugar (de un jugador) muy querido por la gente, porque me lo demuestra, me lo hace sentir. Pero no, ni loco me pondría en un lugar específico. Sería muy soberbio de mi parte. Ha habido, incluso, jugadores mejores que yo, muy queridos y que, quizás, de forma injusta, no están en el reconocimiento total de la gente. Yo siempre digo que cuando la gente elige a alguien, hay que respetarla. Es un tema que va más allá de cómo jugaba uno.
Hoy, Caszely y Chamaco tienen estatua en el Monumental. ¿Imagina la suya?
Sería mucho pedir. Yo me quedo con el reconocimiento y con que la gente muchas veces me dice ‘da lo mismo que no estés en la foto, en el video o que no tengas un reconocimiento dentro del estadio, porque nosotros te llevamos en el corazón’. Y el día de mañana, cuando le pregunten a la gente si este jugador argentino que vino y se nacionalizó, era querido, la gente va a decir que sí. Y eso es lo que me alegra. O cuando le pregunten por jugadores representativos en la historia y tenga la suerte de que salga mi nombre, con eso estoy pagado. Estoy pagado de sobra.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
4.