El año dorado de Magallanes: dos títulos, el pase a la Copa Libertadores y US$ 900 mil asegurados

Decimosexto penal de la definición de la Copa Chile. El encargado de ejecutar para Unión Española era Augusto Barrios. Al frente, el arquero de Magallanes Diego Tapia, quien fue el suplente de Gastón Rodríguez durante todo el año en la B. El meta contiene el remate y le permite a su equipo hacer historia: ser campeones del tradicional torneo criollo por vez primera. Mientras tanto, en las tribunas del estadio El Teniente se repetía una escena que se vio en La Florida, cuando los albicelestes consiguieron el ascenso a Primera División: abuelos, padres y nietos emocionados, entonando el himno del ‘Manojito de Claveles’.

Esto puede hacer de Magallanes un equipo querible, independiente a los colores de cada cual. La nostalgia de un fútbol de otra época, con la entrañable ‘bandita’ en las tribunas y con fanáticos fieles (que pintan varias canas en su cabello), los de verdad. Y esos fanáticos, tanto jóvenes como los más experimentados, han disfrutado de un año sencillamente extraordinario. Más exitoso, imposible. El año dorado de la Academia incluye trofeos, una clasificación al principal torneo continental y un gran cheque para un club que volvió a la división de honor después de 36 años.

Desde inicio de año, se olfateaba que Nicolás Núñez y los suyos podían hacer algo importante, porque construyeron una campaña notable en la segunda categoría del fútbol nacional. Si bien en la segunda parte se estrechó la disputa con Cobreloa, finalmente sellaron el retorno después de casi cuatro décadas alejados de la élite. Fueron los campeones del Ascenso con 72 puntos en 32 partidos disputados, arrojando un 75% de rendimiento (22 victorias, seis empates y solo cuatro derrotas). Además, fueron la mejor delantera (61 goles a favor) y la valla menos batida (23 en contra).

En una reciente entrevista con El Deportivo, Nicolás Núñez declaró que la fortaleza de su grupo “está en el funcionamiento colectivo y en lo que proponemos como idea. Tratamos de que lo emocional nos lleve a ese rendimiento y focalizar las energías en el funcionamiento más que en situaciones o individualidades que marquen la diferencia”.

El objetivo central estaba en el bolsillo: volver a Primera. Todo lo demás era un regalo adicional, para constituir una temporada inolvidable. Fueron avanzando en la Copa Chile y se metieron en la final luego de ir sacando de carrera consecutivamente a Everton, Universidad de Concepción, Cobreloa y Huachipato. No solo llegaron al partido decisivo, sino que supieron competir ante clubes de Primera y se quedaron con el certamen, haciendo algo que en la historia no se ha dado con recurrencia: ser campeón proveniente de la B. El último había sido el Unión San Felipe de Roberto Mariani en 2009, cuando superó a Municipal Iquique (hoy Deportes Iquique) por 3-0 en el antiguo estadio de Playa Ancha, en Valparaíso.

Como monarca de la Copa Chile, Magallanes se convierte en el Chile 4 para la Copa Libertadores 2023. En esta expedición continental acompañará a Colo Colo, Ñublense y Curicó Unido. Un cambio sustantivo para una institución que atraviesa por el mejor de sus sueños. Eso sí, desde ya tiene un asunto por definir: la localía.

Por si fuera poco el éxito en la cancha, la institución liderada por Cristián Ogalde, quien también ha sido blanco de críticas por su rol como representante de jugadores, recibe un jugoso cheque. Tiene asegurado un premio de US$ 900 mil. Por una parte, son US$ 400 mil que entrega la Federación de Fútbol de Chile, como campeón de la Copa. Por el otro, recibirá US$ 500 mil por jugar la fase 2 de la Libertadores. Otro desafío que se le presenta para 2023 es la Supercopa de Chile, en la que enfrentará a Colo Colo, el monarca del Torneo Nacional.

Lo que se viene para el cuadro afincado en San Bernardo es relevante, porque hay que armar un plantel para un desafío diferente. Además de reforzarse, la misión es renovar a los bastiones de la temporada 2022. Una de las dudas es la permanencia de César Cortés, el capitán. “Chester no se va”, cantaba el plantel en medio de la premiación. Esa mezcla entre experiencia y juventud fue una de las virtudes de Magallanes, la misma que se vislumbró en sus tribunas, festejando al ritmo de la ‘bandita’ y con el pecho inflado, portando el escudo de la carabela.