El año soñado de Matías Soto: “Yo sabía que tenía que creer”

Matías Soto
Matías Soto ascendió más de 400 lugares en el ranking ATP. Foto: Chile Open.

El tenista nacional comenzó 2024 en el puesto 666 del ranking y lo terminó 248º. Mientras que en dobles quedó bastante cerca del top 100. Aquí, analiza su temporada.



Matías Soto terminó 2024 con su mejor ranking en singles (248º) tras haber caído hasta el puesto 666 tras una cirugía de hernia. “La tenía por mucho tiempo, llegó un momento que tuve que operarme y después la vuelta a la competencia no fue la mejor al principio, pero luego de a poco empecé a jugar mejor y este año ha sido impecable”, relata el tenista copiapino de 25 años.

Con la ayuda de los preparadores físicos Marcelo Clavero y Carlos Burgos, el jugador ha sacado el mejor provecho a su físico. Y si bien mide solo 1,70 metros ha podido adaptarse y es un jugador muy peligroso tanto en arcilla como en cemento. En esta última superficie pesan sus años en la Universidad de Baylor, donde participó en la exigente NCAA, con destacados resultados.

De regreso al profesionalismo, Soto no sintió la diferencia del circuito universitario al profesional: “Recuerdo que cuando jugué el primer Futuro le dije a mi hermano al segundo día que me puedo ganar el torneo. Hice semifinal y a la siguiente semana salí campeón. Esa fue mi mentalidad”.

Sobre esta temporada, en la que tuvo un espectacular ascenso, llegó a la final de su primer challenger y disputó la final de dobles del ATP de Santiago por segundo año consecutivo, el nortino está satisfecho: “Fue un año bonito y estoy contento con lo logrado tanto en la Copa Davis como en lo personal. Los números son una cosa, el ranking, pero lo otro es la forma. Estoy compitiendo de buena manera contra rivales que bordean el top 100, también me alegra la forma en que me paré en el debut de Copa Davis contra una pareja que llegó a la final de los Juegos Olímpicos. Entonces, eso es lo importante para mí; cada vez me siento en un mejor nivel y el cuerpo lo está resistiendo”.

Tocar puertas

Una de las mayores complejidades que Matías Soto ha debido enfrentar es la dificultad para conseguir recursos. “Esto es gastar plata prácticamente todos los días para llegar al alto nivel y hacer las cosas bien, para afinar detalles, poder viajar con alguien acompañado, etc. Entonces, tanto mi familia como mi representante y como yo, estamos llamando, mandado correos y se te van cerrando puertas y abriendo otras. Y así es todos los días. Conseguir recursos es un trabajo más arduo que lo que uno hace dentro de la cancha”, confiesa.

El oriundo de Copiapó también revela los consejos que Nicolás Massú le ha dado. “Cada vez me ve más parte del equipo, del grupo selecto que tenemos nosotros arriba con los cuatro jugadores, y claro, me mantiene al tanto, me aconseja qué hacer, cómo jugar, y que esto es nivel. Mientras esté ahí peleando con los grandes, cosa de una semana, dos semanas, y me puedo meter, que es lo que me pasó últimamente. Tuve un par de buenos resultados y salto al 250. Entonces, siempre planteo confiar en el proceso; que cuando tenga malas derrotas o se me escapen los partidos, trague veneno, como dice Bielsa, pero después el proceso da resultados y yo sabía que tenía que creer”.

En cuanto a la primera parte del año, Soto quedó lejos de la qualy de Australia, por lo que planificó en enero en distintos challengers europeos en cancha rápida, también pensando en la serie ante Bélgica. “Va a ser una serie bonita, pero nosotros tenemos un equipo completo y la fe intacta de llegar a las Finales”, anticipa.

Finalmente, establece para la próxima temporada acercarse lo más posible al top 100 y cumplir su sueño de jugar un grand slam. “Me encantía jugar Wimbledon”, sostiene lleno de ilusión.

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