Se inició en el club de barrio Colo Colo, en las iquiqueñas calles Serrano y Dieciocho. Más tarde pasó al Iquitao, de los ferroviarios. Practicó atletismo, 110 y 400 metros con vallas y salto largo.
Manuel Miguel Astorga Carreño nació el 15 de mayo de 1937 en Iquique (cumplió 80 años). Medía 1,75 metros y pesaba 66 kilos. Su ídolo era el arquero Misael Escuti, a quien seguía a través de la radio. Llegó a Santiago como estudiante becado y firmó en Universidad de Chile, debutó en primera división ante O'Higgins, empate a dos goles en Rancagua (septiembre de 1956). Integró el plantel del Ballet Azul en el título de 1959, donde no jugó ningún partido. Dio las vueltas olímpicas de 1962, 1964, 1965 y 1967. Defendió cuatro temporadas a Huachipato (1968 a 1971), dos a Magallanes (1972 y 1973), retornó a Universidad de Chile (1974) y finalizó su campaña en Audax Italiano (1975).
Fue seleccionado nacional entre 1960 y 1970. Hizo su estreno en la gira a Europa 1960 y actuó frente a Bélgica (1-1) e Internazionale de Milan (3-3). Un partido flojo ante Brasil en Río de Janeiro (derrota de 4-0) lo dejó afuera de los dos duelos ante España en el Estadio Nacional, en los que regresó al arco Misael Escuti (julio de 1960): "Lo admiraba por su presencia, estilo, agilidad". En la Copa del Mundo 1962 fue inscrito con el número 22: "El tercer puesto fue la mayor emoción de mi carrera".
Participó en las eliminatorias que dieron los pasajes al Mundial de Inglaterra 1966 y a última hora no lo incluyeron en el viaje: "Lo peor fue enterarme por los diarios. Todas las selecciones llevaron tres arqueros, Chile solamente dos y ambos se lesionaron (Adán Godoy y Juan Olivares)".
En el verano de 1979 se recibió de kinesiólogo en la Universidad de Chile. Sin el fútbol de por medio se dedicó al andinismo y formó parte de la selección nacional que ascendió los Himalayas en 1983. Como kinesiólogo estuvo en Colo Colo campeón de la Copa Libertadores, Recopa Sudamericana e Interamericana.
Apodado Goma por su elasticidad, Astorga llamaba la atención por su coordinación para cortar los centros por sobre las cabezas de rivales y compañeros.
¿Un partido inolvidable? "La definición con Universidad Católica por el torneo 1962. Vencimos 5-3 ante 80 mil espectadores (marzo de 1963)".
¿Su mejor atajada? "En un clásico con Colo Colo, ganábamos 4-3 y en los descuentos el árbitro sancionó un penal (junio de 1965). Lo pateó Chamaco Valdés y me lancé a la derecha para atajar el tiro (la revista Flash le dedicó dos páginas): "Dos de mis hijos se hallaban hospitalizados graves con bronconeumonía".
¿El mejor gol recibido? "La chilena de Pelé la tengo en la cabeza. Fue en el arco norte del Estadio Nacional, centro de Dorval en la tribuna Andes, Pelé se acostó en el aire a media altura, en realidad fue una tijera, me miró a mí, no a la pelota y la puso junto al poste derecho. La U se impuso 4-3 a Santos (febrero de 1963)".
¿Un delantero? "Honorino Landa. Por su alegría de jugar, por su habilidad, dribbling, pique y gol".
¿Un jugador? "Leonel Sánchez. Fue el mejor, tenía confianza en sí mismo, cubría muy bien el balón y anotaba goles con su disparo potente y bien ubicado".
Tardó 35 años en confesar una maldad: "Después del 1-0 a Yugoslavia en el Mundial 1962, arrojaron petardos a la puerta de la habitación del entrenador Fernando Riera. Él retó al Nino Landa. Sólo en 1997 le confesé que había sido yo".