El partido más esperado, el que nadie se quiere perder. Una especie de clásico moderno que marcaría el devenir de la Premier League: Liverpool versus Manchester City. En un entretenido e intenso partido, Jurgen Klopp y Pep Guardiola se debieron conformar con un empate 1-1. ¿El vencedor? El Arsenal, que se afianza en la cima del certamen inglés por diferencia de gol.
Era un enfrentamiento crucial. Los Reds frente a los Citizens. El primero versus el segundo. 63 unidades contra 62. Probablemente, uno de los más relevantes de toda la temporada actual y sin dudas el más importante del curso actual del torneo británico, que también tuvo al Arsenal mirando de reojo. Además, el cotejo marcaba el duelo entre los dos entrenadores más influyentes del último tiempo.
Anfield, como de costumbre, tuvo un ambiente ensordecedor. El recinto se ha transformado en un escenario hostil para el City, que había salido victorioso en una de sus últimas 22 visitas (ahora 23). De hecho, este triunfo se había dado en pandemia, sin público. Sin embargo, el equipo mixto del Liverpool, producto de las lesiones, entregaba chances para quebrar la mala racha de la visita.
Y como era de esperar, el partido no decepcionó. Fue de alto ritmo e intensidad desde el arranque. No hubo pausas. Ambas escuadras intentaron ser protagonistas, en un rol que se compartieron dependiendo del pasaje y del trámite del primer tiempo. A pesar de la cercanía de los Citizens en el arco contrario, el Liverpool parecía dar el primer golpe en el 19′. Una gran jugada colectiva fue culminada por Luis Díaz, pero fue desestimada por posición de adelanto de Darwin Núñez. Seguían las tablas.
No obstante, cuatro minutos después vino la apertura de la cuenta. Kevin De Bruyne sorprendió al servir un tiro de esquina por bajo al primer palo, lugar donde Nathan Aké realizó una cortina y dio paso al anticipo de John Stones. Jugada de laboratorio de Guardiola, que felicitó enérgicamente a sus pupilos.
Superioridad de los Reds
El gol no provocó ningún cambio y el ritmo vertiginoso continuó. Hubo opciones para ambos lados, pero ninguno logró sentenciarlas, enviando al City en ventaja al complemento. La ventaja duraría poco, pues en el 47′, luego de un mal pase de Aké y una gran lectura de Núñez, el uruguayo anticipó a Ederson y el meta lo bajó en el área. Penal cobrado por Alexis Mac Allister, que sacó un inatajable remate cruzado y puso el empate. La acción de la falta provocó la lesión del brasileño, quien debió ser reemplazado por Ortega Moreno.
El Liverpool agigantó su imagen y se abalanzó sobre el arco visitante, que sufrió muchísimo más que de costumbre. Un irreconocible City se vio ahogado con la presión. No lo pasó bien y se mantuvo en el partido gracias a los numerosos fallos del movedizo Lucho Díaz. Se puede jugar un partidazo, complicar a la defensa rival y no estar fino en el último tramo, y el colombiano es ejemplo de ello.
Por otro lado, el meta alemán logró evitar algún que otro tanto. Los Citizens, a pesar de ser claramente inferiores, pudieron ganarlo con dos remates que terminaron en los palos. En el cierre se instaló la duda por un posible penal de Doku sobre Mac Allister, pero el juez y el VAR desestimaron una falta que parecía clara.
Los locales perdonaron ante un equipo que, según el transcurso, obtuvo un resultado vital que enciende el cierre del certamen inglés. El empate fue clave para los mancunianos, pero solo porque evitan que los Reds se alejen en la cima de la Premier, que ahora le pertenece al Arsenal. Los Gunners suman 64 tras su triunfo ante el Brentford y solo superan al Liverpool por diferencia de gol. El Manchester City, en tanto, se quedó con 63.