En toda su existencia, Colo Colo ha sido representados de distintas formas por sus millones de hinchas en Chile y fuera de las fronteras nacionales. Son expresiones que reflejan que la identificación con el equipo de Macul sobrepasa por mucho el mero partido del fin de semana o un título más o menos. Para ellos, el Cacique es parte de la vida. Reflejarlo es, desde ese punto de vista, una retribución a momentos gloriosos y hasta el recuerdo de algún sinsabor de los que también contiene el deporte.
Ale Moreno es un artista chileno. Un virtuoso de la pintura que ha recorrido el mundo mostrando su trabajo y que desde la pandemia se convenció de que sería la forma para ganarse la vida. A través de su obra ha sido capaz de unificar sus dos pasiones: el arte y Colo Colo.
A París
Sus cuadros han llegado incluso al icono del arte: el museo de Louvre, en Francia. Naturalmente, en la exposición no podrían faltar las muestras de devoción que les ha dedicado a los albos, pasando por momentos icónicos, como la obtención de la Copa Libertadores de América, en 1991, hasta los retratos de figuras emblemáticas de ese plantel, como Marcelo Barticciotto o Jaime Pizarro. O jugadores más actuales, como Esteban Paredes y Maximiliano Falcón. También hay del fundador, David Arellano. Su ídolo, en todo caso, es Marcelo Espina.
El inventario considera más. “A jugadores de Colo Colo, le hice uno al Pibe (Solari), el del gol de la salvación y se lo entregué. A (Esteban) Paredes le tengo dos cuadros que tiene que venir a buscar y también a Arturo Vidal le he pintado como tres cuadros. También le hice uno a su mamá que sale con él”, rememoró hace un tiempo a Dale Albo, cuando añoraba entregarle un cuadro a Barticciotto y a Leonardo Gil.
Las creaciones de Moreno han traspasado la tela o, en rigor, han llegado a otras. Adidas, la firma que viste al equipo popular la plasmó en prendas como poleras y polerones, que varios hinchas lucen orgullosamente en los duelos o en sus actividades cotidianas. De hecho, hasta sus aspiraciones más optimistas en la alianza con la firma de origen alemán han sido superadas por un aspecto que no tiene que ver con lo económico: los jugadores utilizan los modelos como ropa de concentración.
La inspiración
Moreno justifica su obra. “Me basé principalmente en la representación de grandes íconos, momentos y personajes en torno a la historia futbolística de Colo Colo y elementos históricos que capturan la esencia y el espíritu de los valores fundamentales del club. Es importante decir que estos diseños son obras pintadas a mano, de mi estudio, pasadas directo a las prendas. Son expresiones genuinas de arte, guiadas por la pasión y amor hacia el club”, explica el artista.
Desarrollar en plenitud el pop-art, que implica representar un rostro con un par de sombras y trazos oscuros o negros, le ha significado un amplio sacrificio. “Llevo 30 años exactos desplegando mi creatividad y esfuerzos para crear esta fórmula, para que este sueño de niño cobrara sentido. Me encantaría que los hinchas sintieran el mismo frenesí, y cariño que quise evocar en los diseños, que percibieran que es una colección exclusiva y que lleva muchas pinceladas y trazos de un hincha y un estilo de vida que se expresa desde en el alma y también en el vestir”, insiste.
La principal motivación, en todo caso, no le emerge de las manos, sino desde el corazón. “Siempre he estado ligado al Colo, desde chico. Soy coleccionista de camisetas hace 30 años, soy socio, accionista y siempre voy al estadio. Voy a exponer alguna obra allá, estoy definiendo todavía”, explicó hace un tiempo.