La seguridad era una de las principales preocupaciones en el Monumental. Casi al nivel de la otra, que debía ser, por mucho, la más importante: cómo Colo Colo intentaría doblegar a Boca Juniors. Los graves incidentes que se produjeron en el partido frente a Monagas habían puesto al club albo en la mira del país y de la Conmebol. Las autoridades de ambas instancias aplicaron duras medidas, que se graficaron en una asistencia impropia para un duelo que, en condiciones normales, se habría jugado a estadio lleno: solo pudieron asistir 24 mil espectadores. Igualmente, había preocupación por lo que pudiera suceder. Principalmente, porque en la antesala hubo llamados a realizar reventones y avalanchas a través de las redes sociales.
La organización pasó la prueba. Contó, esta vez, con la notoria colaboración de Carabineros, que destinó unos 400 efectivos para el operativo. El balance que realizó la policía uniformada después del duelo fue, de hecho, favorable: se reportaron 23 detenidos, la mayoría por desórdenes, infracciones menores y duplicidad de identidad. Uno protagonizó el hecho más grave: intentó ingresar fuegos artificiales en un camión que transportaba agua para ser distribuida entre los guardias que prestaban servicios en el reducto. Además portaba fulminantes, aunque no se detectó un arma de fogueo que hubiera permitido detonarlos. En esta jornada pasaba a control de detención.
“Un excelente evento”
El coronel Wildo Matus, prefecto de la Prefectura de Control de Órden Público Santiago Oeste de Carabineros, entregó el balance de la jornada. “Consideramos que fue un excelente partido, un excelente evento. No hubo grandes incidentes. Logramos tener una cantidad de 23 detenidos. No se materializaron las amenazas de estos hinchas que decían que iban a llegar al estadio. Al contrario, el comportamiento de las personas fue muy plácido. También de la barra visitante”, resumió el oficial.
“Realizamos un despliegue que iba más allá de los normales para este tipo de eventos. Tuvimos que ponerle un poquito más de realce por las amenazas que había de los hinchas, de irrumpir y detener el partido. La amenaza en sí fue de ingreso por Cordillera. Ahí no hubo ningún incidente. Hubo bastante control. La gente que ingresó fue controlada por Carabineros y no hubo algún incidente que ameritara una intervención mayor por parte nuestra. Al contrario, los detenidos que hay son por situaciones de ingreso sin entrada”, profundizó.
“No hubo avalanchas, no hubo ingresos ni intentos de reventones. Fue una amenaza, pero no pasó. La seguridad pública y la seguridad privada trabajaron en conjunto y el sistema funcionó. El público se fue tranquilo”, concluyó la autoridad policial.