El Barcelona se cobró revancha ante el Athletic de Bilbao y lo goleó para adjudicarse la Copa del Rey. Con una gran presentación de Lionel Messi, quien marcó un doblete, los dirigidos por Ronald Koeman vencieron por 4-0 a los Leones, sus verdugos en la Supercopa disputada en enero de este año, y conquistaron el título por decimotercera vez en su historia.
El Barça, que venía de caer ante el Real Madrid en un duelo clave por la definición de La Liga, dejó en claro sus intenciones desde que sonó el silbato inicial. Se apoderó de la posesión, imponiendo el ritmo del cotejo ante un rival que salió a correr detrás de la pelota, a la espera del error adversario. Los culés rotaron el balón sin parar durante todo el primer lapso. Sin embargo, al no hallar los espacios para marcar la diferencia, su nivel fue decayendo con el paso de los minutos. Mérito también de la defensa del equipo de Marcelino García, que no regaló nada.
Los de Koeman arrancaron mejor y asfixiaron constantemente la salida de su oponente. Al menos, hasta la primera media hora de partido. Por eso, no fue casualidad que hayan tenido la opción más clara de abrir la cuenta, cuando el reloj apenas señalaba cinco minutos. Un pase aéreo ejecutado como con la mano de Sergio Busquets a Messi concluyó con el esférico en los pies Frenkie de Jong. El remate del holandés, no obstante, dio en el vertical izquierdo de la portería de Unai Simón. El cero no desaparecía del marcador por ninguno de los dos lados.
Los de Bilbao, por su parte, no pudieron hacer valer su apuesta conservadora, aunque sí se las arreglaron para fabricarse chances. Ante el dominio culé, era lógico que sus oportunidades fueran a través de contragolpes o balones detenidos. Y la que tuvieron no tardó en llegar. En los 12′, Martínez por poco sorprende a Ter Stegen, tras conectar un tiro libre, pero sin poder darle dirección.
El primer lapso se fue enfriando. El Barcelona seguía siendo superior ante un Athletic que, pese a jugar más en campo propio que en el de su contrincante, no le venía mal la opción de aguantar el 0-0 y jugarse sus cartas en los penales. En cuanto a ocasiones de peligro real, el cotejo no mostró mucho en su tramo inicial. Una de Messi, que evitó Simón, fue lo único importante que ocurrió antes de que el juez le pusiera fin a los primeros 45′. En ese entonces, el encuentro estaba lejos de parecer una final.
Hasta que el Barça despertó. Y, con un sólido segundo tiempo, encontró los goles que le dieron la corona. Había comenzado mejor nuevamente y así lo demostró en los 47′, cuando Antoine Griezmann le ganó la posición a los defensores rivales y estuvo cerca de festejar, de no ser por un soberbio Simón, quien volvió a reaccionar para impedir la conquista. Sergio Busquets pudo hacerlo también minutos después, sin embargo, el meta otra vez se lució. Era solo una muestra de lo que iba a terminar en goleada.
Recién en los 60′ se abrió el marcador y, de paso, los culés despegaron. Una lluvia de goles a partir de buen fútbol. Inauguró los festejos Griezmann, cerrando una gran jugada por el carril diestro, y luego de Jong se encargó de aumentar la ventaja, con un cabezazo que dejó sin opciones a Simón. En cuestión de minutos, el compromiso tomó otro rumbo. Y si Messi había participado en la génesis de los dos primeros goles, el suyo no podía faltar.
A la Pulga le bastaron cuatro minutos para firmar por partida doble. En los 68′, coronó un ataque construido, que el mismo empezó en terreno propio, venciendo a Simón con disparo de zurda. Una joya de clase mundial con la que no se conformó, porque en los 72′ volvió a marcar, tras un centro de Jordi Alba por el sector izquierdo. El mejor del encuentro fue vital para que su club lograra un nuevo trofeo. Una leyenda que, por ahora, sigue haciendo historia vestido de Azulgrana. Su primera Supercopa como capitán.
El Athletic jamás pudo reponerse del golpe. Los de Koeman se encontraron en el segundo lapso y sacaron a lucir sus mejores armas para adjudicarse un nuevo título. Uno que podría ser de los últimos con Messi, su principal figura, como protagonista. El Barcelona cobró revancha celebrando a lo grande. Y no pierde de vista La Liga.