Desde 11 mil pesos en adelante pagó cada hincha ayer para ver un bochorno. Una suave lluvia cayó en Talcahuano desde el mediodía, tan suave que ni siquiera fue materia de análisis una posible suspensión del partido entre Huachipato y Universidad Católica. Por las dudas, y para cumplir con el protocolo, Eduardo Gamboa revisó la cancha a eso de las 13:45 horas. El balón botaba y circulaba sin problemas. O sea, se jugaba. Urra y Dituro calentaron en sus arcos sin problemas durante media hora antes del partido y al rato ambos equipos dieron inicio al partido. Y también al desastre.
"Cuando comenzó el partido había sectores totalmente inundados. Se cometió un descriterio absoluto por parte del árbitro al jugar en esta cancha. Y lo digo habiendo ganado", aseguró, tajante, Juan Tagle, presidente de la UC, tras la victoria cruzada. Fue un escándalo. La cancha no aguantó ni 15 minutos para una lluvia que no fue nada del otro mundo. Y eso que a inicio de torneo Huachipato debutó en el Ester Roa porque el campo de juego del CAP Acero estaba siendo sometida a trabajos de mejoramiento. Ubicado a 12 kilómetros, el recinto de avenida Collao ha soportado partidos completos con peores lluvias, como el 1-1 ante O'Higgins y el 0-0 ante Godoy Cruz por la Copa Libertadores.
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Foto: Photosport.[/caption]
¿Quién asume la responsabilidad? ¿Se pensó en algún momento en suspender el partido? La máxima autoridad en el duelo, Eduardo Gamboa, fue advertido y consultado en el entretiempo por los encargados de la Anfp respecto de la posible continuidad. "Él (Gamboa) nos dijo que la cancha estaba buena. Hubo permanente contacto, pero optó porque se siguiera jugando. Nadie más que el árbitro tenía la atribución para suspender", señalaron desde la institución. "El drenaje de la cancha era horrible. Ni siquiera llovía fuerte, sino que era una llovizna tupida", grafican.
En ese descanso, el presidente de la UC, Juan Tagle, visitó el camarín cruzado. Estaba inquieto. "No me verán conversando con los árbitros en la mitad del partido, pero con Tati (Buljubasich) vinimos a hablar con los jugadores y el cuerpo técnico. Pero obviamente nadie quiere dejar el partido a la mitad", dijo el timonel. Y esa era la sensación en la visita. Sabían que futbolísticamente poco se podía hacer en la cancha y que ya no tenían que solo vencer a Huachipato, sino que al barro. "Ya nos habíamos quedado con las ganas de jugar ante Santiago Morning, por lo que había que seguir sí o sí", indicó Valber Huerta.
La UC pagó las consecuencias. El club estudiantil informó que el defensor central Benjamín Kuscevic sufrió un esguince lateral de rodilla. El central chocó con el atacante acerero Cris Martínez. Una cancha en condiciones normales pudo, al menos, disminuir la velocidad del impacto.
"La cancha estaba en buenas condiciones"
¿Qué dijeron en el local? Nada. Sólo los jugadores y el entrenador del acero sacaron la voz sobre el pésimo espectáculo brindado en una cancha en pésimas condiciones. La directiva optó por no dar ninguna versión. "Son decisiones del árbitro, pero era imposible jugar. Parecía piscina. Por momentos nos tirábamos y quedábamos metidos en las pozas. Con este tipo de clima, estamos todos propensos a cualquier lesión", detalló José Rojas. El técnico paraguayo, Gustavo Florentín, se limitó a bajarle el perfil a la situación. "Se hizo difícil por las condiciones y sin lluvia el trámite habría sido diferente, pero ya es tarde para lamentarnos por no haber suspendido. La cancha estaba así y había que jugar", dijo el entrenador de Huachipato, mientras que su par de la UC, Gustavo Quinteros, fue más rotundo. "No se debió jugar. No estaba la cancha para realizar un fútbol normal. Pese a que ganamos, nos perjudicó a ambos. En las zonas de ataque era donde había más agua y la pelota se frenaba a cada rato. Nos equivocamos en que se haya jugado", lamentó.
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Foto: Agencia Uno.[/caption]
Tagle no se quedó en ese análisis. Descartó realizar un reclamo formal por el bochorno ocurrido en Talcahuano, pero se enfocó en Gamboa. "El árbitro era la autoridad. Espero que no tengamos que vivir otro espectáculo así. El tema de si se juega o no es injerencia nada más que del cuerpo arbitral".
¿Y qué dijo el aludido? Eduardo Gamboa habló tras el vergonzoso espectáculo e intentó dar una explicación. "Cuando salimos a revisar el terreno de juego solamente había una poza en uno de los arcos. El terreno estaba en buenas condiciones para jugar. Luego cayó mucha más agua y cuando en el terreno de juego hay un trajín entre jugadores, el agua empieza a reflotar. Una vez comenzado el partido es más complicado suspender, por eso se siguió jugando. No hubo comunicación con ninguno de los clubes", aseguró el árbitro.
Y por más complicado que sea suspender un duelo que está en juego, el árbitro tiene plena facultad para tomar la decisión de pararlo. El artículo 103° en su primer inciso, indica que "los árbitros podrán suspender el partido, durante su desarrollo, cuando: El campo adquiera el estado de carencia de condiciones mínimas para continuarlo o exista falta de voluntad". Aquella parte del reglamento tiene absoluta concordancia con las palabras del presidente de la UC. "Había más agua que la que hubo en San Carlos de Apoquindo el partido pasado (ante Santiago Morning). Tiene que existir un criterio parejo", refutó Tagle.
Entonces, ¿de quién es la culpa? "Ahí me pillas, porque yo tengo que tomar una decisión en el terreno de juego antes de que comience. Para suspender tiene que ser muy exagerado todo o que las condiciones climáticas no lo permitan. Una vez comenzado el partido es más difícil tomar una decisión que cuando el partido se está jugando. Para mí la cancha estaba en buenas condiciones, por algo se siguió jugando", contestó Gamboa.
"Deberían suspender y punto"
Iván Guerrero, ex jefe de los árbitros, repara en la escasez de información que demostró manejar Gamboa. "Vi algunas escenas del partido y cuando uno va a mirar un campo de juego, que se hace algunas horas antes, hay que averiguar si la lluvia va a seguir, si se va a detener, si será más intensa. Sobre esa base hay que decidir. A veces, el balón corre, no es que no dé bote, pero si se ha avergüado, se puede llegar a la conclusión de que habrá piscina y se puede suspender", sostiene.
También explica que los jueces son, casi por definición, poco proclives a interrumpir un partido ya iniciado. "Y también está la presión de los directivos, de que el viaje está pagado. A veces uno se deja llevar y piensa en el club en cuanto a lo que significa y el gasto, pero no en lo que puede pasar con los jugadores, en lo feo del espectáculo. Debería suspenderlo. Los árbitros también son proclives a no querer volver a dirigir un cuarto de partido", insiste.
Guerrero reclama más energía en la decisión referil. "Al final, es una lesera que no se suspenda, porque, al final, el único culpable es el árbitro. Los árbitros deberían pensar un poco más en ellos y en que después los van a hacer pedazos. Después alega el club local, el canchero. Deberían suspender y punto. Llore quien llore. De lo contratrio, se transforma en una pichanga asquerosa", concluye.