Sadio Mané está fuertemente cuestionado en el Bayern Múnich. El club alemán informa oficialmente que el senegalés fue suspendido del encuentro frente al Hoffenheim. La explicación radica en el incidente que protagonizó ayer, después de que el equipo alemán fuera humillado por el Manchester City en el Etihad Stadium, por la Champions League. Luego del duelo, el delantero las emprendió contra su compañero Leroy Sané, a quien agredió.

La entidad bávara no vaciló en aplicar mano dura. “Sadio Mané, de 31 años, no estará en la convocatoria del FC Bayern para el partido en casa contra el 1899 Hoffenheim del próximo sábado. El motivo es un comportamiento incorrecto de Mané tras el partido de Liga de Campeones del FC Bayern contra el Manchester City. Además, Mané recibirá una multa”, comunica el club a través de sus plataformas oficiales.

El lío

En el minuto 83 del encuentro se había producido el primer desencuentro entre Mané y Sané. El primero le recriminó al segundo haber realizado un pase corto en vez de buscarle en profundidad. La disputa continuó en los vestuarios, donde el africano le propinó un puñetazo en el rostro al seleccionado alemán.

En Alemania aseguran que incluso podría haber consecuencias mayores para el ex delantero del Liverpool. Ya hubo una reunión entre el CEO del club bávaro, Oliver Kahn, y el director deportivo, Hasan Salihamidzic, para analizar la situación. Mané tuvo que disculparse con su compañero y el resto del plantel.

La prensa europea va más allá. Asegura que frente a la situación y a un rendimiento que no ha satisfecho las expectativas que provocaron su fichaje, al Bayern Múnich no le temblaría la mano para dejar partir a Mané en la próxima apertura del mercado.

Era un ejemplo

Hasta el exabrupto, Mané era considerado un futbolista ejemplar. Esa consideración se basa en un estilo de vida que dista considerablemente de las grandes estrellas. Alejado de los grandes lujos, el delantero opta por destinar buena parte de sus ganancias a la labor social, financiado distintas iniciativas destinadas a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de su país. Entre varias obras, financió la construcción de un hospital en Banbali, donde su padre murió precisamente porque no estaban las condiciones para prestarle una atención adecuada.

No es la única contribución. También ha financiado escuelas y hasta entrega ayudas monetarias directas. Hace un tiempo, realizó una declaración de principios. “¿Para qué quiero diez Ferraris, veinte relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué haría eso por el mundo? Yo pasé hambre, trabajé en el campo, jugué descalzo y no fui al colegio. Hoy puedo ayudar a la gente. Prefiero construir escuelas y dar comida o ropa a la gente pobre”, sostuvo.

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