Edinson Cavani quería dejar su huella en Sochi. En su rostro, en la antesala al duelo ante Portugal, no se le movía un músculo. La concentración era absoluta, más aún cuando al frente tenía al equipo de Cristiano Ronaldo. Al atacante solo le daba vuelta la idea de meter a Uruguay en cuartos de la Copa.

Y el nacido en Salto, a 498 kilómetros de la capital de Montevideo, se anotó como la estrella del duelo ante los lusos. Es que junto a su socio Luis Suárez todo parece fácil. O, al menos, así hacen verlo en el campo de juego. Poco importa la estrella del momento que se les plante al frente. La dupla charrúa genera una conexión que es capaz de doblegar a cualquier individualidad.

A los 7 minutos, Cavani aprovechó un certero pase de su socio de ataque. La misma jugada que comenzó el propio Cavani por la derecha, la terminó definiendo con un certero cabezazo. La anotación le valió ser el segundo gol más rápido de los charrúas en un Mundial, tras la cifra convertida por Alzamendi frente a Alemania, en México 86', a los cuatro minutos.

Cavani nunca perdió la calma ni con el empate de Pepe. Calmó a sus compañeros y siguió con su entrega habitual. Su voz se escuchaba por cada rincón de la cancha. No sólo se preocupó de generar ataque, sino gestionaba una presión para evitar la salida por las bandas del equipo que conduce Santos.

A los 61', asistido por Bentancur en una contra, Cavani definió de excelente manera, ante el esfuerzo que poco valió de Rui Patricio.

La alegría ya estaba desatada. Todos los flashes apuntaban al goleador de la jornada. En tan solo 73' logró escribir una historia que será recordada por muchos años. Ni siquiera el dolor al gemelo izquierdo, que no le permitió seguir, amagó su sonrisa. Cristiano Ronaldo lo agarró de la cintura y lo ayudó a salir del campo de juego.

Desde la banca, con una bolsa de hielo en la zona afectada, Cavani siguió el duelo como un hincha más. Se tomó la cabeza ante cada arremetida del cuadro luso. Al final del encuentro, no escondió su alegría: "Esto es muy emocionante, no hay palabras para describir esto. Feliz, feliz, miren la gente como están. Hay que seguir soñando", aseguró Cavani, quien no pudo reprimir las lágrimas frente a los micrófonos.

La salida precipitada del goleador del PSG tiene preocupado a los charrúas. El delantero espera los exámenes: "Sentí un dolor en el gemelo, me pinchó un poco y veremos qué puede pasar. Haremos un estudio y veremos si puedo seguir con los compañeros", guardando la esperanza de seguir en competencia. Son cinco días para recuperarse de un problemea muscular. No parece tiempo suficiente.